Por Armando Fernández Martí“!Ahora si somos un ejército!”, Así exclamó el Comandante en Jefe Fidel Castro el 24 de marzo de 1957, hace hoy 59 años, cuando recibió en la Sierra Maestra al medio centenar de combatientes revolucionarios que integraron el primer refuerzo en hombres y armas enviados por Frank País para fortalecer las filas del Ejército Rebelde.
Este refuerzo había sido solicitado por
Fidel a Frank en la reunión que ambos sostuvieron el 17 de febrero de
1957 en la finca “El Chorro”, de Epifanio Díaz, ocasión en la cual se
produjo también a entrevista del Comandante en Jefe con el reportero
del New York Times, Herbert L. Matthews.
En el encuentro entre Fidel y Frank el líder de la Revolución le expuso la necesidad del apoyo del movimiento clandestino en la ciudad a la guerrilla, que si bien ya había librado dos combates victoriosos, la Plata y Llano del Infierno, los participantes apenas rebasaban los 30 combatientes, grupo que se vio reducido después de una emboscada el 9 de febrero en Alto de Espinosa, cuando solo quedaba apenas una docena de combatientes.
Tan pronto Frank País bajó de la Sierra se dio a la tarea de organizar el refuerzo solicitado por Fidel, que en su mayoría fueron combatientes del 30 de noviembre en Santiago de Cuba, por lo que poseían alguna experiencia militar. En coordinación con Celia Sánchez, los combatientes fueron enviados poco a poco hacia Manzanillo y ocultos en un marabuzal próximo a la cárcel del lugar, en una operación bastante riesgosa por la cercanía del ejército.
El 15 de marzo de 1957 los hombres del marabuzal, como se les conoció, fueron trasladados hacia la finca de Epifanio Díaz y recibidos allí por el Che, a quien Fidel le había confiado la tarea de esperarlos y trasladarlos hacia el firme de la Sierra Maestra.
Después de varios días de intensas caminatas los 52 hombres del marabuzal se encontraron con Fidel en Derecha de Caridad, en el lugar conocido por Caridad de Mota, vertiente sur de la Sierra Maestra, ocasión en la que el Comandante en Jefe expresó: “Yo sabía que Frank cumpliría”.
La llegada de este importante refuerzo a la Sierra Maestra, permitió que las filas del Ejército Rebelde aumentaran a casi 80 combatientes, forjándose así la gloriosa Columna Uno José Martí, al mando de Fidel y cuya primera acción en grande y por demás victoriosa fue el Combate del Uvero, el 28 de mayo de 1957, acción que al decir del Che, marcó la mayoría de edad de la guerrilla.
En el encuentro entre Fidel y Frank el líder de la Revolución le expuso la necesidad del apoyo del movimiento clandestino en la ciudad a la guerrilla, que si bien ya había librado dos combates victoriosos, la Plata y Llano del Infierno, los participantes apenas rebasaban los 30 combatientes, grupo que se vio reducido después de una emboscada el 9 de febrero en Alto de Espinosa, cuando solo quedaba apenas una docena de combatientes.
Tan pronto Frank País bajó de la Sierra se dio a la tarea de organizar el refuerzo solicitado por Fidel, que en su mayoría fueron combatientes del 30 de noviembre en Santiago de Cuba, por lo que poseían alguna experiencia militar. En coordinación con Celia Sánchez, los combatientes fueron enviados poco a poco hacia Manzanillo y ocultos en un marabuzal próximo a la cárcel del lugar, en una operación bastante riesgosa por la cercanía del ejército.
El 15 de marzo de 1957 los hombres del marabuzal, como se les conoció, fueron trasladados hacia la finca de Epifanio Díaz y recibidos allí por el Che, a quien Fidel le había confiado la tarea de esperarlos y trasladarlos hacia el firme de la Sierra Maestra.
Después de varios días de intensas caminatas los 52 hombres del marabuzal se encontraron con Fidel en Derecha de Caridad, en el lugar conocido por Caridad de Mota, vertiente sur de la Sierra Maestra, ocasión en la que el Comandante en Jefe expresó: “Yo sabía que Frank cumpliría”.
La llegada de este importante refuerzo a la Sierra Maestra, permitió que las filas del Ejército Rebelde aumentaran a casi 80 combatientes, forjándose así la gloriosa Columna Uno José Martí, al mando de Fidel y cuya primera acción en grande y por demás victoriosa fue el Combate del Uvero, el 28 de mayo de 1957, acción que al decir del Che, marcó la mayoría de edad de la guerrilla.
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