Por Armando Fernández Martí
Santiago de Cuba, 12 oct.— El 8 de octubre de 1967, ante la inminencia del combate de la Quebrada del Yuro, el Comandante Che Guevara ordenó al guerrillero Francisco Huanca, sacar de aquel lugar por su estado de salud a los combatientes Octavio de la Concepción y de la Pedraja (El Moro), médico cubano, así como al boliviano Jaime Arana Campero y al peruano Lucio Edilberto Galván.
Santiago de Cuba, 12 oct.— El 8 de octubre de 1967, ante la inminencia del combate de la Quebrada del Yuro, el Comandante Che Guevara ordenó al guerrillero Francisco Huanca, sacar de aquel lugar por su estado de salud a los combatientes Octavio de la Concepción y de la Pedraja (El Moro), médico cubano, así como al boliviano Jaime Arana Campero y al peruano Lucio Edilberto Galván.
Los cuatro integrantes del Destacamento
Internacionalista se desplegaron con lentitud durante tres días, sin que
fueran descubiertos por el ejército que los buscaba y así lograron
remontar el curso del Río Grande hasta la desembocadura con el Mizqué,
donde acamparon la noche del 11 de octubre.
La necesidad de abastecerse de agua hizo que salieran de su escondite la mañana del 12 hasta la orilla del río, donde 145 efectivos del ejército se habían emboscado, iniciándose un desigual combate que se prolongó durante una hora, pero al quedar sin parque los guerrilleros fueron baleados y ametrallados hasta acabar con sus vidas.
Así, en ese inhóspito lugar de la geografía de Bolivia, se unieron por la misma causa de la justicia social para Bolivia y toda América Latina la sangre de los cuatro integrantes del Destacamento Internacionalista del Che, que durante todo el período que se mantuvo en la lucha catalogó a esos hombres de ejemplares.
Al morir el 12 de octubre de 1967 el médico cubano Octavio de la Concepción y de la Pedraja tenía 32 años de edad, el peruano Lucio Edilberto Galván, había cumplido los 30, mientras que los bolivianos Jaime Arana y Francisco Huanca tenían 29 y 22 Años, respectivamente.
Hoy, 48 años después de sus muertes los nombres de los cuatro combatientes internacionalistas figuran entre los de aquellos que a lo largo de la historia han luchado por hacer de América Latina una patria común como lo soñaron Simón Bolívar y José Martí.
La necesidad de abastecerse de agua hizo que salieran de su escondite la mañana del 12 hasta la orilla del río, donde 145 efectivos del ejército se habían emboscado, iniciándose un desigual combate que se prolongó durante una hora, pero al quedar sin parque los guerrilleros fueron baleados y ametrallados hasta acabar con sus vidas.
Así, en ese inhóspito lugar de la geografía de Bolivia, se unieron por la misma causa de la justicia social para Bolivia y toda América Latina la sangre de los cuatro integrantes del Destacamento Internacionalista del Che, que durante todo el período que se mantuvo en la lucha catalogó a esos hombres de ejemplares.
Al morir el 12 de octubre de 1967 el médico cubano Octavio de la Concepción y de la Pedraja tenía 32 años de edad, el peruano Lucio Edilberto Galván, había cumplido los 30, mientras que los bolivianos Jaime Arana y Francisco Huanca tenían 29 y 22 Años, respectivamente.
Hoy, 48 años después de sus muertes los nombres de los cuatro combatientes internacionalistas figuran entre los de aquellos que a lo largo de la historia han luchado por hacer de América Latina una patria común como lo soñaron Simón Bolívar y José Martí.
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