Santiago de Cuba, 17 may.— El paseo marítimo es otra de las acciones constructivas que se ejecutan en Santiago de Cuba para revitalizar la imagen de la urbe a sus 500 años de fundada. Varios objetos de obra centran en el esfuerzo de brigadas constructivas en esa área. Por la simultaneidad de las construcciones es que en varios puntos de la otrora Avenida Michaelsen, actualmente Jesús Menéndez, es que se experimenta el bullicio de hombres y máquinas.
Hace ya un tiempo que los habitantes de
la Alameda, al término de la bahía, perdieron su paz relativa. Ya no se
escucha el sonido apacible de las olas porque este se apaga con cada
acción que ejecutan decenas de hombres y sus herramientas.
Se
trata de la remodelación del paseo marítimo que a lo largo de la
Avenida Jesús Menéndez persigue revolucionar la imagen y la función de
esta zona de la ciudad.
De modo que paralelamente se suceden los trabajos que legarán a la urbe en esta zona, de un moderno parque infantil, canchas deportivas, un remozado club náutico y una fábrica artesanal de cerveza.
Pero sin dudas el objeto de obra que está llamado a ser muy popular es el malecón, un elemento que busca la simbiosis entre tierra firme y las aguas de la rada santiaguera.
Más allá del ocio el proyecto es una necesidad arquitectónica y social para vincular de un modo intencional la parte baja de la ciudad con las mesetas que escalonan la geografía al interior de la urbe.
Según
ha expresado en varios eventos el Conservador de la Ciudad de Santiago
de Cuba Omar López, es preciso que el santiaguero no se quede en las
inmediaciones de la calle Enramadas y que descienda hasta la línea
costera. Para ello es necesario poblar de instalaciones de servicios la
primera vía santiaguera ubicada a lo largo del puerto. De ahí se deriva
el complejo de parques que harán de la zona un sitio fresco y armonioso
donde se podrán disfrutar de los servicios gastronómicos y de ocio.
Otro
desafío es la mudanza de almacenes y centros de descarga del actual
Puerto Guillermón Moncada hacia otro lado de la ensenada, de modo que lo
industrial no entorpezca el disfrute de los santiagueros.
Por eso es válida la perturbación benévola que experimentan los transeúntes y las especies que habitan la bahía. La reorganización de esta zona dispondrá de elementos para fortalecer el hábitat costero al reducir drásticamente el flujo de barcos y ganaremos todos un espacio para disfrutar del mar sin desplazarnos a las afueras de Santiago de Cuba.
De modo que paralelamente se suceden los trabajos que legarán a la urbe en esta zona, de un moderno parque infantil, canchas deportivas, un remozado club náutico y una fábrica artesanal de cerveza.
Pero sin dudas el objeto de obra que está llamado a ser muy popular es el malecón, un elemento que busca la simbiosis entre tierra firme y las aguas de la rada santiaguera.
Más allá del ocio el proyecto es una necesidad arquitectónica y social para vincular de un modo intencional la parte baja de la ciudad con las mesetas que escalonan la geografía al interior de la urbe.
Por eso es válida la perturbación benévola que experimentan los transeúntes y las especies que habitan la bahía. La reorganización de esta zona dispondrá de elementos para fortalecer el hábitat costero al reducir drásticamente el flujo de barcos y ganaremos todos un espacio para disfrutar del mar sin desplazarnos a las afueras de Santiago de Cuba.
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