Por Armando Fernández Martí
Santiago de Cuba, 10 abr.— El 10 de abril de 1895, justamente el día que el Partido Revolucionario Cubana, fundado por José Martí cumplía su tercer aniversario, moría en combate en el lugar conocido por Altos de Palmarito, región de Baracoa, el General Flor Crombet, uno de los más firmes puntales de la Revolución que se había iniciado desde 1868.
Santiago de Cuba, 10 abr.— El 10 de abril de 1895, justamente el día que el Partido Revolucionario Cubana, fundado por José Martí cumplía su tercer aniversario, moría en combate en el lugar conocido por Altos de Palmarito, región de Baracoa, el General Flor Crombet, uno de los más firmes puntales de la Revolución que se había iniciado desde 1868.
Francisco Adolfo Crombet y Tejera
(Flor), nacido en la zona de El Cobre, en Santiago de Cuba, se incorporó
a la lucha independentista con sólo 17 años tras producirse el
estallido de La Demajagua, el 10 de octubre de 1868.
A pesar de su edad, Flor, que así le llamaban desde niño supo con su valentía y coraje ganarse el respeto de las tropas mambisas y sus acciones se hicieron sentir en los combates de El Retiro, La Perla, La simpatía, La Indiana, La Socapa, La Aurora, Las Guásimas y muchos otros sitios del territorio oriental cubano.
Flor Crombet tuvo el honor de combatir con hombres de la estatura de Máximo Gómez, Guillermón Moncada, Calixto García, Vicente García y muchos otros y su nombre figuró junto al del Titán de Bronce Antonio Maceo, en la histórica Protesta de Baraguá, donde se impuso la dignidad frente a los traidores del Zanjón, al no aceptar una paz sin independencia.
Asimismo Crombet participó en los preparativos de la Guerra Chiquita y fue capturado en los campos insurrectos guardando prisión en cárceles españolas por 23 meses hasta escapar, llegando a París y después a Nueva York, donde conoció a José Martí, identificándose con él y sus preparativos para la guerra necesaria.
El primero de abril de 1895, Flor Crombet llega a Cuba nuevamente por Duaba al frente de la expedición de la Goleta Honor, donde también llegaron a la Isla Antonio y José Maceo, entre otros bravos mambises. Perseguido con saña por los españoles y los voluntarios el 10 de abril de 1895 es objeto de una emboscada donde resulta muerto. Por un balazo que le destrozó el cráneo.
La caída en combate de Flor Crombet el 10 de abril de 1895, hace hoy 120 años fue sin dudas una dolorosa pérdida para la revolución, reiniciada por José Martí, quien al conocer la noticia de su muerte días después exclamó: "¡Será verdad que ha muerto Flor, el gallardo Flor!"
A pesar de su edad, Flor, que así le llamaban desde niño supo con su valentía y coraje ganarse el respeto de las tropas mambisas y sus acciones se hicieron sentir en los combates de El Retiro, La Perla, La simpatía, La Indiana, La Socapa, La Aurora, Las Guásimas y muchos otros sitios del territorio oriental cubano.
Flor Crombet tuvo el honor de combatir con hombres de la estatura de Máximo Gómez, Guillermón Moncada, Calixto García, Vicente García y muchos otros y su nombre figuró junto al del Titán de Bronce Antonio Maceo, en la histórica Protesta de Baraguá, donde se impuso la dignidad frente a los traidores del Zanjón, al no aceptar una paz sin independencia.
Asimismo Crombet participó en los preparativos de la Guerra Chiquita y fue capturado en los campos insurrectos guardando prisión en cárceles españolas por 23 meses hasta escapar, llegando a París y después a Nueva York, donde conoció a José Martí, identificándose con él y sus preparativos para la guerra necesaria.
El primero de abril de 1895, Flor Crombet llega a Cuba nuevamente por Duaba al frente de la expedición de la Goleta Honor, donde también llegaron a la Isla Antonio y José Maceo, entre otros bravos mambises. Perseguido con saña por los españoles y los voluntarios el 10 de abril de 1895 es objeto de una emboscada donde resulta muerto. Por un balazo que le destrozó el cráneo.
La caída en combate de Flor Crombet el 10 de abril de 1895, hace hoy 120 años fue sin dudas una dolorosa pérdida para la revolución, reiniciada por José Martí, quien al conocer la noticia de su muerte días después exclamó: "¡Será verdad que ha muerto Flor, el gallardo Flor!"
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