Por Jorge Legañoa Alonso
Ciudad Panamá, 8 abr.— La delegación cubana a los foros de la VII Cumbre de las Américas entra a su primer día de debates con un mensaje bien claro: en ningún caso se va a legitimar un diálogo con la contrarrevolución, “no tenemos nada que hablar con ellos”.
Ciudad Panamá, 8 abr.— La delegación cubana a los foros de la VII Cumbre de las Américas entra a su primer día de debates con un mensaje bien claro: en ningún caso se va a legitimar un diálogo con la contrarrevolución, “no tenemos nada que hablar con ellos”.
Así, claro y raspa’o, como dicen los
latinoamericanos, lo aseguró Indira Fajardo Martínez, presidenta
Nacional de la Brigada de Instructores de Arte “José Martí”.
Y es que las razones sobran entre quienes asisten a los foros paralelos de la Cumbre.
Testimonio vivo es Odalys Pérez González, hija de Wilfredo Pérez, capitán del vuelo 455 de Cubana de Aviación destruido en pleno vuelo ante las costas de Barbados en 1976, a consecuencia de un acto terrorista planificado por Luis Posada Carriles.
Escuchar el testimonio de Odalys, 38 años después del atentado, continúa siendo sobrecogedor para esta mujer que apenas tenía 10 años cuando perdió a su padre.
“Todavía yo lloro a mi papá”, aseguró esta mujer que contó aquí el sufrimiento de sus seres queridos porque, “dejamos de ser una familia y por eso estamos denunciando la presencia de estos mercenarios en Panamá”.
Todavía los familiares de los 73 civiles que murieron ese día estamos esperando justicia, dijo Pérez González.
“Nos sentimos ofendidos de que ellos estén representando a una Cuba que todavía llora a sus víctimas”, apuntó.
Odalys es apenas una de las tantas víctimas de Posada Carriles, al igual que Giustino Di Celmo, padre de un joven italiano asesinado en 1997 por acciones de grupos terroristas anticubanos que provocaron la muerte de su hijo Fabio en un atentado con explosivos en La Habana.
Similar al sabotaje de Barbados, Posada infiltró a criminales que esta vez plantaron bombas en diversas instalaciones turísticas de la Isla para desestabilizar a la nación caribeña.
Ese cuatro de septiembre en el hotel Copacabana, una explosión apagó la vida de Fabio, de 32 años, cuando una esquirla de metal del cenicero donde estaba puesta la bomba, se le incrustó en la parte izquierda del cuello y le cercenó una vértebra cervical y la arteria carótida.
¿Cómo olvidar entonces que los que pretenden venderse supuestamente como sociedad civil cubana en la Cumbre están asociados a terroristas que han dejado más de cuatro mil víctimas en nuestro país?
El reverendo Pablo Odén Marichal aseguró a la AIN que aquellos hijos de Cuba que no ven la luz del sol y solo sus manchas, se han aliado a una América sajona que no es la de Bolívar y Martí.
“Los que obran con maldad siempre tratan de comprar a otros, el problema no es ese, la cuestión es venderte, porque cuando te entregas por dinero, vendes el alma al diablo y dejas tu libertad, tu integridad, y ese es el problema, que finalmente serán material gastable para los mismos que lo compraron”, subrayó, en relación a los mercenarios pagados por imperio.
La Unión de Periodistas de Cuba ha circulado en Panamá un tabloide que da cuenta de los mercenarios que están aquí pagados por gobiernos extranjeros para hablar en nombre de la sociedad civil cubana.
La delegación de actores sociales, jóvenes, intelectuales, campesinos, cooperativistas, empresarios, científicos y académicos, entre otros sectores de Cuba, calificó de ofensa la participación en los foros de personas que han hecho de la traición a la Patria un oficio bien retribuido y usurpan de manera vergonzosa el nombre del país que calumnian y ofenden día a día.
Rigoberto Fabelo, director del Centro de Iniciativas Comunitarias, otra organización no gubernamental cubana, aseguró ante el pronunciamiento de la delegación que “por ética, por humanidad, no se puede tranzar con la violencia, con el terrorismo, no es posible dialogar con la traición”.
Y concluyó que como en los versos “al corazón del amigo abro la muralla, pero al dragón y a la serpiente, cierra la muralla”.
Y es que las razones sobran entre quienes asisten a los foros paralelos de la Cumbre.
Testimonio vivo es Odalys Pérez González, hija de Wilfredo Pérez, capitán del vuelo 455 de Cubana de Aviación destruido en pleno vuelo ante las costas de Barbados en 1976, a consecuencia de un acto terrorista planificado por Luis Posada Carriles.
Escuchar el testimonio de Odalys, 38 años después del atentado, continúa siendo sobrecogedor para esta mujer que apenas tenía 10 años cuando perdió a su padre.
“Todavía yo lloro a mi papá”, aseguró esta mujer que contó aquí el sufrimiento de sus seres queridos porque, “dejamos de ser una familia y por eso estamos denunciando la presencia de estos mercenarios en Panamá”.
Todavía los familiares de los 73 civiles que murieron ese día estamos esperando justicia, dijo Pérez González.
“Nos sentimos ofendidos de que ellos estén representando a una Cuba que todavía llora a sus víctimas”, apuntó.
Odalys es apenas una de las tantas víctimas de Posada Carriles, al igual que Giustino Di Celmo, padre de un joven italiano asesinado en 1997 por acciones de grupos terroristas anticubanos que provocaron la muerte de su hijo Fabio en un atentado con explosivos en La Habana.
Similar al sabotaje de Barbados, Posada infiltró a criminales que esta vez plantaron bombas en diversas instalaciones turísticas de la Isla para desestabilizar a la nación caribeña.
Ese cuatro de septiembre en el hotel Copacabana, una explosión apagó la vida de Fabio, de 32 años, cuando una esquirla de metal del cenicero donde estaba puesta la bomba, se le incrustó en la parte izquierda del cuello y le cercenó una vértebra cervical y la arteria carótida.
¿Cómo olvidar entonces que los que pretenden venderse supuestamente como sociedad civil cubana en la Cumbre están asociados a terroristas que han dejado más de cuatro mil víctimas en nuestro país?
El reverendo Pablo Odén Marichal aseguró a la AIN que aquellos hijos de Cuba que no ven la luz del sol y solo sus manchas, se han aliado a una América sajona que no es la de Bolívar y Martí.
“Los que obran con maldad siempre tratan de comprar a otros, el problema no es ese, la cuestión es venderte, porque cuando te entregas por dinero, vendes el alma al diablo y dejas tu libertad, tu integridad, y ese es el problema, que finalmente serán material gastable para los mismos que lo compraron”, subrayó, en relación a los mercenarios pagados por imperio.
La Unión de Periodistas de Cuba ha circulado en Panamá un tabloide que da cuenta de los mercenarios que están aquí pagados por gobiernos extranjeros para hablar en nombre de la sociedad civil cubana.
La delegación de actores sociales, jóvenes, intelectuales, campesinos, cooperativistas, empresarios, científicos y académicos, entre otros sectores de Cuba, calificó de ofensa la participación en los foros de personas que han hecho de la traición a la Patria un oficio bien retribuido y usurpan de manera vergonzosa el nombre del país que calumnian y ofenden día a día.
Rigoberto Fabelo, director del Centro de Iniciativas Comunitarias, otra organización no gubernamental cubana, aseguró ante el pronunciamiento de la delegación que “por ética, por humanidad, no se puede tranzar con la violencia, con el terrorismo, no es posible dialogar con la traición”.
Y concluyó que como en los versos “al corazón del amigo abro la muralla, pero al dragón y a la serpiente, cierra la muralla”.
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