Por José Raúl Castillo Argüelles
Santiago de Cuba, 31 mar.— Los Tigres de Ciego de Ávila aprovecharon la debilidad del bullpen de los Alazanes de Granma y con una arremetida letal le dieron viraje definitivo al marcador en la octava entrada y se anexaron un importante triunfo que los coloca a un paso de la final y pone in articulo mortis a la tropa de Carlos Martí, obligada a ganar tres juegos para avanzar a la lucha por el trono.
Vladimir García y Lázaro Blanco protagonizaron un cerrado duelo de pitcheo hasta que en la parte alta de la quinta entrada la artillería de largo alcance de los granmenses, aletargada en la semifinal, dio estremecedoras señales de vida al botarle la pelota tres veces a Vladimir García, sacado contundentemente del montículo del montículo con saldo de cuatro carreras, en un abrir y cerrar de ojos.
Los coautores de tamaña afrenta fueron por orden Yordanis Alarcón, Adrián Moreno y Alfredo Despaigne, este último con uno a bordo por ponche y wild pitch.
Con esa desventaja para los visitantes llegó el juego al cierre de la séptima entrada, gracias al efectivo trabajo de Lázaro Blanco que mantenía en un puño a sus adversarios; sin embargo en la caja de bateo se plantó el ¨terror de la postemporada¨, Osvaldo Vázquez, quien encontró en primera a Yeniet Pérez por boleto y para no perder la costumbre disparó su cuarto estacazo de vuelta completa en el play-off –líder- y estremeció el estadio José Ramón Cepero hasta sus cimientos.
Así las cosas, el mentor Carlos Martí decidió iniciar el octavo con Juan Ramón Olivera en el box, a fin de cuentas Blanco cumplió satisfactoriamente su misión durante siete capítulos y dejó ventaja en la pizarra, pero había llegado al límite de lanzamientos; entonces vino la debacle porque el bullpen no demoró en mostrar sus carencias y las huestes de Roger Machado iniciaron un feroz ataque que culminó en un demoledor racimo de siete carreras que sellaron el destino del encuentro.
En ese capítulo el empate lo remolcó Humberto Morales con jit de dos carreras y la ventaja la aportó Yeniet Pérez con cohete al jardín central.
Pasaron por el box en esa entrada fatal para los Alazanes, además de Juan Ramón Olivera (0-1), Ciro Silvino Licea y Dariel Góngora; todos sin poder acreditarse un relevo eficaz.
El epitafio lo colocó por los rayados Dachel Duquesne (1-0), quien hizo excelente cierre cierre de tres entradas sin permitir carreras y se acreditó el triunfo.
Esta tarde los Tigres irán por la dentellada definitiva y los Alazanes por escapar a esas amenazadoras mandíbulas; en la propia jornada hay otro equipo en urgencias, los Cocodrilos de Víctor Mesa, obligados a someter a los Piratas si no quieren ver plantada en el Victoria de Girón la bandera de las tibias cruzadas y decir adiós a una temporada que les ha traído un prolongado liderazgo pero puede acabar en una nueva y opresiva frustración.
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