Por Noris Rosado Figueredo
Santiago de Cuba, 12 dic.— A lo largo y ancho del archipiélago cubano, se celebra la Jornada de Homenaje a los trabajadores de la Educación, (17 de noviembre al 22 de diciembre). Para todos, esta debe ser una etapa de celebración y reflexión. Para los trabajadores del sector, para la familia, los estudiantes, los cederistas, las federadas , y anapistas, en fin, para todos en la sociedad.
Santiago de Cuba, 12 dic.— A lo largo y ancho del archipiélago cubano, se celebra la Jornada de Homenaje a los trabajadores de la Educación, (17 de noviembre al 22 de diciembre). Para todos, esta debe ser una etapa de celebración y reflexión. Para los trabajadores del sector, para la familia, los estudiantes, los cederistas, las federadas , y anapistas, en fin, para todos en la sociedad.
Para la familia, por ser la célula
fundamental de la sociedad, donde comienza la vida. Donde se forman
costumbres y hábitos, desde la cuna, hasta la tumba.
Para los trabajadores de la educación, porque no sólo deben enseñar, sino educar a los menores, son el complemento del hogar, de la familia.
Dijo José de la Luz y Caballero, filósofo y educador cubano: “enseñar puede cualquiera, educador, sólo un evangelio vivo”. El evangelio es aquella persona que sirve de ejemplo, de bondad, amor y dedicación.
Y es así, porque educar incluye guiar, dar ejemplo a la hora de hablar, de pararse, de gesticular, de vestir y hasta de cómo dirigirse a una persona, con todo respeto, ya sea adulto o menor.
El maestro, ese que cada día recibe en el aula al niño, al adolescente o al joven, debe mantener una postura agradable, saber conducirse y vestir, sin mucha elegancia, pero con sobriedad. Nada de ropas ligeras ni pantalones excesivamente ceñidos al cuerpo.
Maestros, profesores, auxiliares docentes y de servicios generales, ese que en mi época le llamábamos conserje o bedel, debe medir su vocabulario, tanto en el centro de estudios como en cualquier lugar que pueda ser observado u oído por los alumnos.
Justo es destacar, que el educando es el modelo de sus educados, ya que niños, adolescentes y jóvenes, permanecen más tiempo en la escuela, que en su propio hogar, de ahí que el actuar de los educadores debe ser ejemplar.
En esta Jornada del Educador, sería saludable, que en los cines y en la Televisión, se proyectara nuevamente la película CONDUCTA, del realizador Ernesto Daranas, pues es un filme de gran enseñanza, pues nos presenta a una CARMELA, la maestra, que ojalá muchos la imiten. Ese personaje da una lección de lo que debe ser un educador.
Con este comentario, hago un llamado para que en esta jornada, se celebre y se reflexione, para lograr una sociedad de hombres de bien, con una mejor disciplina social, una mejor conducta y el reflejo de amor, unidad y respeto.
Recordar que los niños, adolescentes y jóvenes de hoy, son los hombres y mujeres del futuro.
Para los trabajadores de la educación, porque no sólo deben enseñar, sino educar a los menores, son el complemento del hogar, de la familia.
Dijo José de la Luz y Caballero, filósofo y educador cubano: “enseñar puede cualquiera, educador, sólo un evangelio vivo”. El evangelio es aquella persona que sirve de ejemplo, de bondad, amor y dedicación.
Y es así, porque educar incluye guiar, dar ejemplo a la hora de hablar, de pararse, de gesticular, de vestir y hasta de cómo dirigirse a una persona, con todo respeto, ya sea adulto o menor.
El maestro, ese que cada día recibe en el aula al niño, al adolescente o al joven, debe mantener una postura agradable, saber conducirse y vestir, sin mucha elegancia, pero con sobriedad. Nada de ropas ligeras ni pantalones excesivamente ceñidos al cuerpo.
Maestros, profesores, auxiliares docentes y de servicios generales, ese que en mi época le llamábamos conserje o bedel, debe medir su vocabulario, tanto en el centro de estudios como en cualquier lugar que pueda ser observado u oído por los alumnos.
Justo es destacar, que el educando es el modelo de sus educados, ya que niños, adolescentes y jóvenes, permanecen más tiempo en la escuela, que en su propio hogar, de ahí que el actuar de los educadores debe ser ejemplar.
En esta Jornada del Educador, sería saludable, que en los cines y en la Televisión, se proyectara nuevamente la película CONDUCTA, del realizador Ernesto Daranas, pues es un filme de gran enseñanza, pues nos presenta a una CARMELA, la maestra, que ojalá muchos la imiten. Ese personaje da una lección de lo que debe ser un educador.
Con este comentario, hago un llamado para que en esta jornada, se celebre y se reflexione, para lograr una sociedad de hombres de bien, con una mejor disciplina social, una mejor conducta y el reflejo de amor, unidad y respeto.
Recordar que los niños, adolescentes y jóvenes de hoy, son los hombres y mujeres del futuro.
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