Por Rosalina Tamayo Arañó
En la sala de terapia pediátrica
del Hospital general Juan B. Viña de Palma Soriano un colectivo con alto
grado de preparación profesional se enfrenta a la muerte a diario.Para
realizar este reportaje estuvimos al pendiente de la evolución de Ian
Samir Muiña Ávila, otra vida salvada.
Fue preciso que visitáramos el servicio
de terapia en tres ocasiones. Al segundo día de que el niño estuviera
ingresado no se veía su carita pues estaba cubierta de esparadrapos y su
diminuta anatomía conectada a tantos aparatos que lo mantenían con
vida.
En la segunda visita de nuestro equipo de trabajo el Intensivista Osnel Venzant Verdecia nos dice que el niño de un año de edad, llegó hacía 72 horas al servicio, con un cuadro muy aparatoso, decaído, pálido, con falta de aire, se quejaba, coloración azul de las manos y la boca, disminución de las orina y caída de la tensión arterial.
El Doctor Venzant nos explica que el paciente desde que llegó al hospital se valoró rápidamente por ellos y el colectivo médico que trabaja en el cuerpo de guardia. Notaron que tenía unas condiciones muy desfavorables e hicieron el diagnóstico de una bronconeumonía bacteriana, infección que ocupa el parénquima de pulmón, por un germen muy agresivo y pensaron que fuera un estafilococo, complicado con una insuficiencia respiratoria aguda y un shock séptico.
“Tiene 3 días en el servicio y vemos que el paciente fue tolerando su ventilación mecánica. Hoy comenzamos con una ventilación asistida para viabilizar lo que se conoce como desteto preparando las condiciones que permita al paciente destubarlo, ya tiene como 3 horas de estubación y aunque está reportado como crítico, por como ha ido evolucionando, pensamos que todo salga bien”, afirma el galeno con una naturalidad admirable, sin ni siquiera reparar en lo que significa para la familia que por su diagnóstico certero y rápido proceder le salvaron la vida a su niño.
Lesli Ävila Cuñat, madre de Ian Samir confiesa que su bebe llegó al hospital en muy malas condiciones, pero que todo el mundo se movilizó, hasta los pediatras que no estaban en el hospital vinieron, las enfemeras de otras salas estaban dispuestas por si había que ayudar, todo el personal al pendiente de la vida de su hijo. Fue una atención rápida y esmerada, "todo lo que se necesitaba para mi hijo lo tuvo".
A la pregunta de cómo veía al niño en esos momentos la madre lo mira y sin poder contener las lágrima me dice: “ bien, muy bien esta ahora”. Lesli llora de felicidad porque confía en que su Ian volverá a sonreír.
Como el Doctor Venzant con un prestigio ganado por sus 21 años de desempeño y 14 como intensivista, en esta sala de terapia pediátrica labora un colectivo que merece el reconocimiento de nuestro pueblo por devolverles la salud a los niños.
Al 6to día de su ingreso nos encontramos a Ian Samir en los brazos de su madre, ya jugando con varios pomos y aditamentos que las enfermeras le dieron para que se entretuviera. Al personal del servicio, concentrado en otras vidas que salvar, y este equipo de prensa satisfecho por revelarles a estos héroes anónimos que cumplen sencillamente con su deber.
En la segunda visita de nuestro equipo de trabajo el Intensivista Osnel Venzant Verdecia nos dice que el niño de un año de edad, llegó hacía 72 horas al servicio, con un cuadro muy aparatoso, decaído, pálido, con falta de aire, se quejaba, coloración azul de las manos y la boca, disminución de las orina y caída de la tensión arterial.
El Doctor Venzant nos explica que el paciente desde que llegó al hospital se valoró rápidamente por ellos y el colectivo médico que trabaja en el cuerpo de guardia. Notaron que tenía unas condiciones muy desfavorables e hicieron el diagnóstico de una bronconeumonía bacteriana, infección que ocupa el parénquima de pulmón, por un germen muy agresivo y pensaron que fuera un estafilococo, complicado con una insuficiencia respiratoria aguda y un shock séptico.
“Tiene 3 días en el servicio y vemos que el paciente fue tolerando su ventilación mecánica. Hoy comenzamos con una ventilación asistida para viabilizar lo que se conoce como desteto preparando las condiciones que permita al paciente destubarlo, ya tiene como 3 horas de estubación y aunque está reportado como crítico, por como ha ido evolucionando, pensamos que todo salga bien”, afirma el galeno con una naturalidad admirable, sin ni siquiera reparar en lo que significa para la familia que por su diagnóstico certero y rápido proceder le salvaron la vida a su niño.
Lesli Ävila Cuñat, madre de Ian Samir confiesa que su bebe llegó al hospital en muy malas condiciones, pero que todo el mundo se movilizó, hasta los pediatras que no estaban en el hospital vinieron, las enfemeras de otras salas estaban dispuestas por si había que ayudar, todo el personal al pendiente de la vida de su hijo. Fue una atención rápida y esmerada, "todo lo que se necesitaba para mi hijo lo tuvo".
A la pregunta de cómo veía al niño en esos momentos la madre lo mira y sin poder contener las lágrima me dice: “ bien, muy bien esta ahora”. Lesli llora de felicidad porque confía en que su Ian volverá a sonreír.
Como el Doctor Venzant con un prestigio ganado por sus 21 años de desempeño y 14 como intensivista, en esta sala de terapia pediátrica labora un colectivo que merece el reconocimiento de nuestro pueblo por devolverles la salud a los niños.
Al 6to día de su ingreso nos encontramos a Ian Samir en los brazos de su madre, ya jugando con varios pomos y aditamentos que las enfermeras le dieron para que se entretuviera. Al personal del servicio, concentrado en otras vidas que salvar, y este equipo de prensa satisfecho por revelarles a estos héroes anónimos que cumplen sencillamente con su deber.
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