Plaza de la revolución

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sábado, 15 de noviembre de 2014

Palabras mágicas que te abrirán el camino


palabras mágicasPor Bárbara Aroche Cuadro
 
Pudieran parecer simples palabras "Permiso", "Buenos días", "Por favor", "En qué puedo servirlo", "Hasta luego", “Ojalá”, entre muchas otras…

Estas han sido denominadas palabras mágicas en estos momentos como parte de la política de rescate que hace el sistema educacional cubano, debido al olvido en que se fue incurriendo a lo largo del tiempo en contra de la necesidad de conservación de los buenos modales y la educación ciudadana.

Lo cierto es que en la actualidad, cuando escucho a alguien  pronunciarlas me asombro y pienso, parecería que estuviera en otra época, otro mundo, pero no.

Resulta que esos, los que hacen el uso correcto del lenguaje esos son los que como dijera Martí, aman y construyen un medio ambiente mas sosegado, atemperado a las exigencias de la Revolución educacional que se inició a partir de enero de 1959.

Cuando escuchamos que algunos comentan que antes, cuando mis abuelos, era diferente la educación que los niños y niñas recibían, debido a que existía el respeto hacia todo pero en particular a las personas de mayor edad, tan solo con la mirada el pequeño sabia que no debía de estar, salir o sentarse, callarse o simplemente retirarse, resulta realmente algo para ponerse a pensar.

Pero los tiempos cambian y así el desarrollo de la vida y con ella las costumbres y hábitos, lo que no justifica para nada la chabacanería, la vulgaridad, el irrespeto a las instituciones y personas y mucho menos hacer mal uso de estas palabras tan bellas, que hacen un día más placentero y no nos cuesta nada utilizarlas de manera habitual al dirigirnos a otro ciudadano sea quien sea.

Pienso que todos somos responsables de su uso, al igual que de la formación y educación de nuestros hijos y nuestros vecinos, incluso de aquellos que veamos por primera vez en la vida y que al escucharlos nos percatemos que está faltos de orientación respecto a la usanza de estas palabras mágicas.

Así desde la casa, más tarde en la escuela y en los centros laborales se deben mantener las influencias de los buenos modales al dirigirnos a un compañero,  a un superior, a un visitante, en fin a todos aquellos que forman parte del entorno social en que uno se encuentre.

Hacemos un llamado especial a los jóvenes pues son los más vulnerables en este sentido, ya que asumen como moda el uso de palabras que de manera inconsciente incorporan a su vocabulario diario en contra de las buenas costumbres y normas idiomáticas, con el afán de parecer más actuales y más a la moda.

No obstante desde lo personal uno trata de requerir ciertos estilos y comportamientos de algunos que no siempre tienen la conducta apropiada. Aunque recibamos una mala contesta o escuchemos una frase como esta: ¡Mi tía póngase a la moda que su antivirus no funciona!

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