Por Armando Fernández Martí
“Condenadme, no importa, la historia me absolverá”. Fueron esas las últimas palabras pronunciadas por el Doctor Fidel Castro Ruz el 16 de octubre de 1953 al término de su alegato de autodefensa de la Causa 37 por los asaltos a los cuarteles Moncada, de Santiago de Cuba y Céspedes, de Bayamo, el 26 de julio de ese año.
Por ese hecho Fidel y otros 29 participantes en los asaltos fueron condenados a la pena de 15 años de privación de libertad, que debían cumplir en el llamado Presidio Modelo, ubicado en la Isla de Pinos, varias millas al sur de la isla mayor y de La Habana, su capital.
En la cárcel donde habían llegado primero sus compañeros y después Fidel, fueron alojados en pabellones aparte para que no hubiese contacto entre ellos, aunque ideológicamente siempre estuvieron juntos y con una misma idea: prepararse para la lucha futura.
Sin embargo, para el líder del 26 de Julio el confinamiento en solitario fue fecundo, porque le dio la oportunidad de impregnarse más del pensamiento de José Martí, a quien él había considerado como el autor intelectual de los asaltos a los cuarteles Moncada y Céspedes, pero sobre todo, Fidel tuvo la posibilidad de reconstruir su alegato de autodefensa del 16 de octubre de 1953, que posteriormente sería sacado clandestinamente del a prisión y editado en mimeógrafo bajo el título La Historia Me Absolverá.
En tanto Fidel y los moncadistas permanecían en prisión, en noviembre de 1954, el dictador Fulgencio Batista quiso darle carácter legal a su régimen y convocó a elecciones generales, donde por supuesto, él sería el ganador. Y para ganar adeptos promulgó una amnistía general para los presos políticos pero sin incluir en ella a los participantes de las acciones del 26 de Julio, presos en Isla de Pinos.
Esa decisión del dictador armó un revuelo tal en el país, que finalmente, tuvo que incluir en la amnistía al Doctor Fidel Castro y sus 29 compañeros, lo que resultó una victoria que mostró el poder de las masas populares cuando luchan por una causa justa.
Es así como el domingo 15 de mayo de 1955, hace hoy 59 años, las puertas del Presidio Modelo se abrieron para que salieran de prisión Fidel Castro y los 29 jóvenes que le acompañaron un año y diez meses atrás a la gloriosa cita con la patria en los cuarteles Moncada de Santiago de Cuba y Céspedes de Bayamo.
A su salida de presidio los moncadistas fueron objeto de entusiasta recibimiento y apenas unas horas después, el Doctor Fidel Castro, en la propia Isla de Pinos diría a la prensa: “Nuestra libertad no será de fiesta, sino de lucha y deber de batallar sin tregua desde el primer día, de quehacer ardoroso por una patria sin despotismo ni miserias, cuyo mejor destino nada ni nadie hará cambiar”. Proféticas palabras hechas realidad por aquel hombre que la historia absolvió para cumplirla.
No hay comentarios:
Publicar un comentario