Por Brita Garcia Alberteris
Santiago de Cuba, 25 feb.— Visitar un centro gastronómico puede ser disfrute o preocupación para los santiagueros. Encontrar un buen servicio en los dependientes se convierte en ocasiones nulo para los consumidores, ya que muchos trabajadores mantienen la cultura del maltrato. Pero no todo es preocupaciones en cuanto a la calidad de los comerciantes, porque el Jardín de las Enramadas, desde su fundación hace más de tres años, ostenta galardones de excelencia.
Durante el año 2013 más de mil 85 centros de comercio y gastronomía se rehabilitaron y otros 13 fueron inaugurados. Tal es el caso del punto de Galleta Frita, la Casa del Ostión, el Abbey Road y el Avión de San Pedrito, un restaurante situado en un Yak-40 que inspira los sueños en los comensales.
Más allá de lo meramente gastronómico las entidades del comercio deben atender además la venta de productos industriales y de aseo, producciones que podrían tener una mejor distribución. Igual sucede con los insumos agrícolas; a la poca gestión de las entidades en los municipios, se suman los elevados precios y la escasa calidad de algunos artículos tan demandados como las palas y los machetes.
Otro de los compromisos que tiene la institución, es lograr la consolidación en la especialización de sus unidades. El proyecto Coyaba debe estudiarse mejor, para que sus trabajadores brinden verdaderamente servicios especiales.
Y en este año 2014, el grupo Empresarial de Comercio de Santiago de Cuba continúa su inserción dentro del nuevo modelo económico cubano, con 106 unidades que pasarán a cooperativas. El restaurante Capitolio, el Lido Club, el Palacio del Dulce y la cafetería Marilyn son ejemplo de ello.
Los nuevos retos que impone la economía demanda de los trabajadores del comercio mayor compromiso y el cumplimiento de los planes económicos de sus unidades. Sólo con el apoyo del hombre y su quehacer diario esta provincia alcanzará servicios con calidad.
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