Por Brita Garcia Alberteris
Santiago de Cuba, 15 feb.— Durante la primera temporada de la Serie Nacional de Béisbol el equipo Santiago de Cuba mantuvo un rendimiento promedio de sus jugadores. A duras penas las Avispas lograron la clasificación para la segunda etapa.
Y los números no engañan a los seguidores: de doce juegos celebrados los santiagueros han ganado solo uno, y en toda la temporada cometieron 69 errores, hasta este último juego con Holguín.
Lo más lamentable es la historia que arrastran, igualarse a la APLANADORA no es fácil. Y a mi entender los muchachos buscan solamente la pelota para conectar un jonrón, y de batazo en batazo ganar los juegos. Así sucedió en el último enfrentamiento con Holguín, Edilse Silva impulsó dos carreras en el desafío y después los otros atletas quisieron repetir la actuación. El resultado, continuos fly out durante las nueve entradas, indiscutibles que llegaron al vacío de los juegos anteriores.
La ocurrencia de repetitivos errores en el campo demuestra desconcentración, sobre todo en los más jóvenes. El tan mencionado oficio y la profesionalidad se alcanzan durante toda la vida, y se supone que estar en un equipo grande es síntoma de buen desempeño.
La poca concurrencia de los espectadores al Estadio Guillermón Moncada es una señal de descontento en los seguidores, que continúan preguntándose por qué jugadores de talento brillan tan poco en una Serie Nacional que necesita grandes renovaciones.
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