Por Margarita Piedra Cesar
En Cuba no olvidamos que un día como el de hoy, 29 de septiembre, pero de 1906, se produjo la segunda intervención yanqui en Cuba, constituido como República en 1902.
Un conflicto interno entre partidos políticos que se disputaban el poder con un presidente incapaz de resolverlo, Tomás Estrada Palma, hizo que éste olicitara a Estados Unidos la intervención de sus tropas, lo que se llevó a cabo al amparo del artículo TRES de la fatídica Enmienda Platt.
Ese 29 de septiembre de 1906 llegaban a Cuba seis naves de guerra con unos 3000 marines, haciéndose cargo de la gubernatura de la nación al entonces secretario de Estado, William H. Taff, quien posteriormente, dejó en el cargo a Charles Magoon.
Fueron dos años y cuatro meses lo que duró esta segunda intervención norteamericana en Cuba y durante ese período, ninguno de los problemas fundamentales de la Isla se resolvió, a no ser seguirla entregando a los monopolios yanquis, para reafirmar su hegemonía política y económica en el país.
Aunque el pueblo se opuso tenazmente a esta nueva injerencia norteamericana en Cuba, nada pudo hacer entonces, a no ser esperar a que se retiraran las tropas dejando un nuevo presidente entreguista y bandido como el anterior, José Miguel Gómez, apodado por el pueblo como el tiburón.
Por eso, fue historia, porque a partir del Primero de Enero de 1959, una Revolución en el poder acabó para siempre con la Enmienda Platt y demás tratados ignominiosos con Estados Unidos, que definitivamente fue arrojado de la isla con una advertencia: “quien intente apoderarse de Cuba sólo
recogerá el polvo de su suelo anegado en sangre, si no perece en la lucha”. Playa Girón lo demostró.
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