Autor : Naylet Hernández Blanc
El Día Internacional de la Mujer es cada año en Cuba un momento de especial celebración y homenaje a las que dan y hacen de la vida un paraíso tan solo con su presencia, y el toque dulce de sus manos.
Pero dedicar unas líneas a la MUJER puede parecer fácil, por lo que significamos y representamos como sexo femenino en la creación humana, en la vida económica, social y cultural.
Hoy a más de un siglo de celebrarse en el mundo el Día Internacional de la Mujer, la desigualdad entre los géneros persiste en el universo. En Cuba, sin embargo cada año se recibe esta efeméride con un paso más adelante en acciones concretas a favor de la equidad.
Y es que las cubanas estamos en todas partes como las primeras en la contribución al desarrollo de nuestra sociedad, siempre con una sonrisa, con el optimismo y el ímpetu al levantarnos cada día para cumplir con otra jornada laboral, con la educación de nuestras hijas e hijos, con los quehaceres de la casa que aún no llegan a compartirse totalmente con las parejas, y al mismo tiempo llenas de entusiasmo felices porque sabemos nuestro lugar, porque nos sabemos imprescindibles en la vida cotidiana, amén de los desafíos que todavía tenemos por delante y que de seguro ganaremos.
Por eso, por la grandeza que representamos, porque calificarnos como extraordinarias pudiera parecer vanidad, es difícil regalarnos unas merecidas líneas este ocho de marzo, más acudo al Maestro para con su magistral verbo agradecernos por estar, por pertenecer a este género único e inmenso como la misma vida.
“Esta mujer cubana, tan bella, tan heroica, tan abnegada, flor para amar, estrella para mirar, coraza para resistir"
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