Autor : Israel Hernández Planas
La lucha contra el narcotráfico y la seguridad de nuestros límites geográficos son tareas perennes que mantienen en vilo a cientos de combatientes de las Tropas Guardafronteras en Santiago de Cuba.
La ubicación de Santiago de Cuba al suroeste del país, en el Mar Caribe, hace al territorio un sitio proclive a los recalos de drogas. Sin embargo la acción mancomunada de tropas guardafronteras y los destacamentos fronterizos “Mirando al Mar” han reducido al máximo la penetración de los bultos de cocaína o marihuana trasegados por narcotraficantes internacionales que los lanzan al agua a penas divisan las lanchas guardafronteras.
Por eso el empeño de oficiales, marineros y soldados en nuestra línea costera es una cuestión de seguridad nacional y al reconocerlos todos ponen su máximo esfuerzo en cumplir cabalmente el servicio que les toca.
A todo lo largo del litoral santiaguero varios destacamentos con efectivos altamente capacitados desarrollan su vida militar en las unidades guardafronteras terrestres y navales con que cuenta la provincia.
Son en estos puntos donde las noches se confunden con los días pues en todo momento los efectivos guardafronteras se ocupan de accionar el mecanismo que mantiene siempre alertas a estas bases.
Algunos dan el mantenimiento exhaustivo a las embarcaciones, otros escudriñan los radares, y en lanchas veloces excelentes marinos y combatientes surcan cada espacio de las aguas santiagueras mientras desde tierra, en lo alto, varios ojos avizores vigilan al ancho horizonte azul.
Es en una pequeña porción de la bahía santiaguera donde se capacitan estos militares que salvaguardan la seguridad de la patria. La Escuela Nacional de Tropas Guardafronteras Orlando Pantoja Tamayo es la única de su tipo en Cuba. Aquí decenas de jóvenes arriban procedentes de varias provincias cubanas para en un periodo lectivo cursar las materias de los niveles básicos y medio en las especialidades marítimas y de combate.
En sus diez años de creada esta institución ha graduado más de 1 400 oficiales en las distintas disciplinas. Entre ellos se cuentan oficiales especializados en Cubierta, Electromecánica de unidades de superficie, y Formación integral, perfiles distintos que se entrelazan en la práctica y en las misiones fundamentales de garantizar la seguridad nacional y la protección de puertos y costas.
Aunque es la Escuela Orlando Pantoja el único centro profesional para la capacitación de guardafronteras las unidades terrestres y marítimas del territorio fungen como centro instructivos al prestar servicio en ellos jóvenes del Servicio Militar General, que en poco tiempo dominan con pericia y arrojo la tarea de guardar las fronteras.
Ya sean egresados de academia, soldados del servicio militar o vecinos de localidades costeras desandan costas incesantemente las costas y ponen a toda marcha los motores para que la integridad territorial siga siendo una conquista revolucionaria.
Santiago de Cuba, 19 mar.— La lucha contra el narcotráfico y la seguridad de nuestros límites geográficos son tareas perennes que mantienen en vilo a cientos de combatientes de las Tropas Guardafronteras en Santiago de Cuba.
La ubicación de Santiago de Cuba al suroeste del país, en el Mar Caribe, hace al territorio un sitio proclive a los recalos de drogas. Sin embargo la acción mancomunada de tropas guardafronteras y los destacamentos fronterizos “Mirando al Mar”, han reducido al máximo la penetración de los bultos de cocaína o marihuana trasegados por narcotraficantes internacionales que los lanzan al agua apenas divisan las lanchas guardafronteras.
Por eso el empeño de oficiales, marineros y soldados en nuestra línea costera es una cuestión de seguridad nacional y al reconocerlos todos ponen su máximo esfuerzo en cumplir a cabalidad el servicio que les toca.
A todo lo largo del litoral santiaguero varios destacamentos con efectivos altamente capacitados desarrollan su vida militar en las unidades guardafronteras terrestres y navales con que cuenta la provincia.
Es en estos puntos donde las noches se confunden con los días pues en todo momento los efectivos guardafronteras se ocupan de accionar el mecanismo que mantiene siempre alertas a estas bases.
Algunos dan el mantenimiento exhaustivo a las embarcaciones, otros escudriñan los radares, y en lanchas veloces excelentes marinos y combatientes surcan cada espacio de las aguas santiagueras mientras desde tierra, en lo alto, varios ojos avizores vigilan al ancho horizonte azul.
Es en una pequeña porción de la bahía santiaguera donde se capacitan estos militares que salvaguardan la seguridad de la patria. La Escuela Nacional de Tropas Guardafronteras Orlando Pantoja Tamayo es la única de su tipo en Cuba. Aquí decenas de jóvenes arriban procedentes de varias provincias cubanas para en un periodo lectivo cursar las materias de los niveles básicos y medio en las especialidades marítimas y de combate.
En sus diez años de creada esta institución ha graduado más de 1 400 oficiales en las distintas disciplinas. Entre ellos se cuentan oficiales especializados en Cubierta, Electromecánica de unidades de superficie, y Formación integral, perfiles distintos que se entrelazan en la práctica y en las misiones fundamentales de garantizar la seguridad nacional y la protección de puertos y costas.
Aunque es la Escuela Orlando Pantoja el único centro profesional para la capacitación de guardafronteras las unidades terrestres y marítimas del territorio fungen como centro instructivos al prestar servicio en ellos jóvenes del Servicio Militar General, que en poco tiempo dominan con pericia y arrojo la tarea de guardar las fronteras.
Ya sean egresados de academia, soldados del servicio militar o vecinos de localidades costeras desandan costas incesantemente las costas y ponen a toda marcha los motores para que la integridad territorial siga siendo una conquista revolucionaria.
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