Autor :Isabel Zaldívar Diéguez
No dude en ir al céntrico parque Céspedes, de esta ciudad, si quiere encontrarse con un hombre orquesta. Tal y como lo vi se los cuento, porque es algo que me motivó mucho.
Es un señor entrado en años, más bien corto de palabras y a juzgar por el sitio que escoge para actuar, un rincón de uno de los bancos de afuera de la plaza, es tímido. Luego de esperar un receso de su largo recital, me acerqué a él y sólo pude conocer que se llama Don Manuel, es de La Maya (municipio santiaguero de Songo-La Maya), nunca fue a escuela para aprender música, no le preocupa la edad y ahora tiene rota su filarmónica.
Les digo que el sitio que escoge este excepcional santiaguero se alegra con su toque en una lata, que hace de tambor, unos palos por claves, y la filarmónica. Todo a la vez, para ello se vale de manos y pies, y en la boca el pequeño instrumento de viento. Me contó que sólo viene una o dos veces por semana a brindar su arte a la ciudad de Santiago de Cuba.
Téngase en cuenta que son varios kilómetros recorridos entre esta ciudad y la de Don Manuel. Les vuelvo a recomendar llegarse hasta el corazón de la ciudad para que admire la música de este señor, que entremezcla son con rumba, o quien sabe… A él se acercan muchos curiosos y le tiran fotos, pero don Manuel ni por enterado se da. Lo de él es tocar y tocar para alegrar su corazón y otros muchos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario