Por Margarita Piedra Cesar
Santiago de Cuba, 6 ago.— Hoy se cumple el aniversario 74 en que en la mañana de aquel 6 de agosto, Estados Unidos lanzaba sobre Hiroshima la primera bomba nuclear de la historia. Desde ese momento los japoneses experimentaban mucho temor e incertidumbre ante la posibilidad de un nuevo ataque.
La primera bomba que cayó sobre Hiroshima era de 3 metros de largo y cuatro toneladas y media de peso y estalló, precisamente, sobre el Hospital Shima, levantando una temperatura de un millón de grados centígrados, matando de inmediato a más de 70 mil personas que se volatizaron y sólo dejaron sobre la tierra sus sombras. En tres kilómetros a la redonda nada quedó.
Aquel ataque nuclear no estaba justificado, ya Japón había sido derrotado en todos los frentes de batalla durante la II Guerra Mundial.
Estados Unidos sólo quería demostrar a la humanidad que ya poseían un arma tremendamente mortífera y estaba dispuesto a usarla donde y cuántas veces fuera necesario.
Para que se tenga una idea del daño causado con esta maligna acción, además de los 70 mil muertos, unas horas antes del Aniversario 58 de la caída de la bomba atómica en Hiroshima, la publicación de un nuevo estudio sobre el tema levantó algunos temores entre los supervivientes de aquella catástrofe, ya que el mismo aseguraba que algunas dosis de radiación podrían haber sido subestimadas.
Los nuevos datos aportaron por primera vez una clara medida respecto a las dosis de neutrones en los supervivientes de Hiroshima, según reveló Tore Trasume, de la Universidad de UTA en Salt Lake City, quien encabezó la investigación. Los supervivientes de la bomba de Hiroshima, lanzada el 6 de agosto de 1945 fueron expuestos a dos tipos de radiación, los rayos gamma y los neutrones.
A más de seis décadas de aquella catástrofe nuclear, aún siguen apareciendo secuelas en los habitantes del lugar, los cuales padecen de diferentes enfermedades y que aún cobra miles de víctimas muriendo de diferentes tipos de cáncer, fragilidad de los huesos, tuberculosis, entre otros padecimientos.
Un día como hoy, 6 de agosto, miles de japoneses rinden homenaje en Hiroshima a las víctimas de aquel genocidio nuclear, clamando por la paz que necesita la humanidad, porque el peligro de una guerra nuclear está latente y las armas prestas a caer en cualquier punto del orbe por la política chantajista e irracional de los mismos que entonces ordenaron los ataques atómicos contra la inocente población japonesa.
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