Por Lourdes Palau Vázquez
Santiago de Cuba, 10 abr.— Hace 58 años el 10 de abril se fundaron los círculos infantiles, instituciones educativas que posibilitan no solo el desarrollo armonioso de los infantes, sino también de la familia cubana.
Durante más de cinco décadas los círculos infantiles en Cuba han favorecido la integración plena de la mujer a la sociedad y han desempeñado un importante papel en la formación de los niños y niñas desde las edades más tempranas.
Los círculos posibilitan el desarrollo físico, mental y armónico de los pequeños. Mediante el sistema de salud establecido en estos centros trasladan a la vida familiar las costumbres y hábitos higiénicos educativos de la institución y ayudan a los padres a conocer y orientar mejor a sus pequeños.
Vilma Espín Guillois, Presidenta de Honor de la Federación de Mujeres Cubanas, quien desde el triunfo de la Revolución el primero de enero de 1959 luchó por la emancipación de la mujer fue artífice de esta obra que tanto contribuye con el desarrollo de la familia en Cuba y de manera particular de las féminas para que puedan incorporarse a múltiples labores dejando a sus hijos a buen resguardo.
Vilma era del criterio y así lo expresó en reiteradas ocasiones en aquellos años en que las propias mujeres no estaban convencidas de lo que representaban los círculos infantiles, con franqueza manifestaba: ’’Hasta que no tengamos suficientes Círculos Infantiles, la mujer no habrá sido liberada suficientemente. Dentro de poco tiempo van a necesitarse mucho los brazos de las mujeres’’, y con ese convencimiento puso todo su empeño en consolidar y perfeccionar cada día estas instalaciones.
Esta obra de la Revolución 58 años después, sigue multiplicándose y perfeccionando. Las nuevas generaciones han ayudado a construirla y hoy también nutren las filas de educadores que con empeño defienden el legado de los primeros.
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