Por Lourdes Palau Vázquez
Santiago de Cuba, 10 abr.— El año 2018 en Cuba estuvo marcado por grandes acontecimientos, pero sin dudas uno de los más importantes fue la aprobación por la asamblea nacional del proyecto de constitución en julio y la consulta popular del 13 de agosto al 15 de noviembre de ese propio año.
La carta magna refrendada mayoritariamente por el pueblo el 24 de Febrero pasado tiene sus antecedentes en un proceso que conmovió el alma de la nación hace 150 años.
En Guaimaro, localidad de la provincia de Camagüey se reunieron el 10 de abril de 1869 representantes de las tres regiones que se habían incorporado a la lucha, Oriente, Camagüey y Las Villas hecho reconocido como la primera constituyente en la historia de Cuba y su resultado principal fue la redacción de la primera constitución cubana la que fue votada el propio 10 de abril por los delegados, entre los que se encontraban: Carlos Manuel de Céspedes, Vicente Aguilera, Ignacio Agramonte y Salvador Cisneros Betancourt.
Para esa época el movimiento revolucionario logró un importante resultado en la formación nacional y en el desarrollo de la conciencia patriótica de los cubanos, al emprender la tarea de sustituir la arbitraria estructura política colonial por un sistema basado en los principios republicanos y democráticos.
El histórico suceso favoreció el despertar de la conciencia del pueblo y muestra de ello fue que días después de la investidura de Céspedes como presidente de la República, la patriota camagüeyana Ana Betancourt presentó a la Cámara una petición que fue leída por Ignacio Agramonte. En ella se solicitaba a los legisladores cubanos, que tan pronto fuese establecida la República, se concediera a las mujeres los derechos de que eran acreedoras. Esa noche, en una reunión Ana Betancourt expresaría: “Ciudadanos aquí todo era esclavo, la cuna, el color y el sexo. Vosotros queréis destruir la esclavitud de la cuna peleando hasta morir. Habéis destruido la esclavitud del color y emancipado al siervo. Llegó el momento de liberar a la mujer”.
La trascendencia del suceso histórico se puso de manifiesto recientemente en una de las salas del Palacio de Convenciones de la Habana cuando el diputado Eusebio Leal Spengler, propuso incluir en el Preámbulo de la actual constitución una referencia a la Asamblea y a la Constitución de Guáimaro, hecho fundacional de la historia cubana, alegando: “No es posible ignorar a los legisladores de Guáimaro, porque en ellos descansa la piedra angular de la república revolucionaria”.
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