Por Mariano Aldana Villalón
Santiago de Cuba, 12 feb.— Los apicultores santiagueros avanzan con pasos seguros hacia la conquista del compromiso de aportar 1200 toneladas de miel al programa de desarrollo pactado hasta el año 2030.
En esta aspiración, el año 2018 fue despedido por todo lo alto con una producción superior a las 600 toneladas. Esta cifra se redondeó en el último trimestre del pasado por el clima favorable y las buenas floraciones que tuvieron lugar en la geografía santiaguera.
Como dato de interés, se resalta que los apicultores santiagueros han venido de menos a más en los últimos tres años. La producción de miel se ha ido incrementando, pero sobre todo con mucha calidad.
De ahí que toda la miel que produce la provincia, casi el 20 por ciento es orgánica. Este renglón suma cada año a nuevos productores con la finalidad de crecer, igualmente, dada la importancia que tiene para la exportación.
Es bueno significar que el salto productivo ha sido posible al incremento logrado en el número de colmenas. Hasta el año 2030, la provincia espera crecer en unas 200 unidades.
Junto a ese empeño, se suma el eficiente manejo de los insectos y a la producción de abejas reinas para las nuevas colmenas que se vayan sumando.
El territorio santiaguero creció, también en los planes de propóleo y cera de abejas, elaboraciones que el país estimula por su alta demanda.
Hoy la producción melífera ecológica en Santiago de Cuba incorpora a sus nueve municipios. Es la única provincia que cumple con este importante requisito.
La calidad de estas producciones está certificada por centros de investigaciones de Cuba y de la Unión Europea, a partir de su color, humedad y otros 16 parámetros.
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