Por Armando Fernández Martí
Santiago de Cuba, 6 ene.— Durante la primera gesta independentista cubana, con el fin de impedir que el Ejército Libertador pasara desde el territorio de Camagüey al de Las Villas para extender la guerra hacia el Occidente de la isla, los colonialistas españoles construyeron la Trocha de Júcaro a Morón, de varios cientos de kilómetros de largo, tres decenas de fuertes, fortines y alambradas custodiada por unos siete mil soldados.
Sin embargo, el 6 de enero de 1875, hace hoy 144 años, el General Máximo Gómez Báez con una fuerza de 1164 combatientes, entre ellos450 jinetes, cruzaban la célebre trocha militar de Júcaro a Morón, echando por tierra el mito prevaleciente en el ejército español de que esa faja de tierra era inexpugnable y no podía ser atravesada por los insurgentes cubanos.
Gómez, quien tras la muerte de Ignacio Agramonte en mayo de 1863 fue designado jefe del Camagüey, en sustitución del Mayor, se dio de inmediato a la labor de organizar las fuerzas bajo su mando, preparándola para la invasión a Occidente la cual anunció a sus oficiales el 2 de enero de 1875, sin contar con el permiso de la Cámara de Representantes lo que podía ser gravoso para ellos.
La invasión tendría entre otros objetivos lo siguiente: uno, extender el telón de operaciones mambisas, convirtiendo la Guerra de Liberación en un proceso verdaderamente nacional; dos, acabar a sangre y fuego con toda la riqueza de Occidente, que con el pago de impuestos elevados contribuiría firmemente a financiar la guerra, y tres, abolir la esclavitud en la zona occidental, sumando decena de miles de esclavos al Ejército Libertador.
Durante el cruce dela Trocha de Júcaro a Morón, el General Máximo Gómez fue herido en la garganta levemente, lo que le permitió en breves días arribar al territorio de Las Villas donde a partir de ese momento se libraron cruentos combates y 83 ingenios azucareros fueron arrasados por las tropas mambisas.
Esa situación parecía que acabaría con el poder español en Cuba, pero diversos factores paralizaron la invasión, entre ellos, la exigencia de los jefes villareños, por intermedio del polaco Carlos Roloff, de que el dominicano Máximo Gómez abandonase la región lo que provocó su renuncia al Gobierno retirándose con su familia y unos pocos seguidores en octubre de 1876 de ese territorio central.
El cruce de la trocha de Júcaro a Morón el 6 de enero de 1875, hace hoy 144 años, demostró la capacidad de estratega del General Máximo Gómez al burlar el inexpugnable baluarte español protegido por miles de soldados colonialistas, hazaña que volvería a repetir en 1895 el Mayor General Antonio Maceo durante la campaña invasora a Occidente iniciada en octubre de ese año en los Mangos de Baraguá.
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