Por Armando Fernández Martí
Santiago de Cuba, 24 oct.— El 24 de octubre de 1962, hace hoy 56 años, se produjo uno de los momentos más tensos de la Crisis de Octubre, cuando a las 10 de la mañana hora de Cuba entró en vigor la Proclama Presidencial 35-04, firmada el día antes por John F Kennedy, decretando el bloqueo naval contra toda la periferia del archipiélago cubano.
En el bloqueo participaron 183 buques de diferentes tipos de la armada de Estados Unidos, incluyendo seis portaviones. Esas naves tenían la misión de interceptar todos los buques que se dirigían a Cuba, a una distancia de 500 millas de las costas de la isla, para comprobar si cargaban una serie de materiales prohibidos por el Ministerio de Defensa norteamericano, entre ellos cohetes tierra-aire o aire-tierra, misiles dirigidos, cabezas nucleares para cualquiera de esas armas y equipos mecánicos o electrónicos para el apoyo o funcionamiento de las mismas.
Con este bloqueo naval el gobierno de Estados Unidos ignoraba la Convención de Ginebra sobre el mar abierto, de 1958, suscrita también por ese país, en la que se señala: “Un barco de guerra que se encuentre con un buque mercante extranjero en mar abierto no tiene derecho a someterlo a una inspección”
Sin embargo, Estados Unidos alegó que al aprobar la Organización de Estados Americanos, OEA, en una reunión extraordinaria el día anterior, una resolución de apoyo al bloqueo, le dio legalidad al mismo pues ya eran 20 los países aliados que se unieron para proteger legalmente su posición. Esa resolución se aprobó por 19 votos a favor, ninguno en contra, la abstención de Uruguay, mientras que Méjico, Brasil, Chile y Bolivia no votaron en espera de instrucciones de sus gobiernos.
Ese propio día 24 de octubre, temprano en la mañana el Secretario de Defensa norteamericano, Robert Mc Namara, le indicó al Jefe de la Armada a cargo del bloqueo almirante Anderson: “que no se hiciera un solo disparo (…) ni se aplicara ningún tipo de medida de fuerza sin su permiso expreso, y que este no se daría sin consultarlo con el Presidente.
Asimismo, a las 10 de la mañana del 24, se reunió el Comité Ejecutivo del Consejo de Seguridad Nacional de Estados Unidos con la participación del Presidente Kennedy, y en poco después del inicio de la sesión recibió un informe de que dos barcos soviéticos, el Gagarin y el Komiles se encontraban al borde de la barrera de las 500 millas establecidas por el bloqueo y que un submarino soviético había tomado posición entre ambos buques. ¿Qué hacer? ¿Se le disparaba para advertirles? ¿Y si el submarino respondía?
Fue aquel un momento extremadamente tenso, pues podría convertirse en el principio del holocausto. Cuentan que el Presidente Kennedy mostró una profunda preocupación pues correspondía a él tomar la decisión que pudiera desencadenar la guerra nuclear. Afortunadamente, el mandatario fue informado minutos después que los buques habían dado vuelta y tomado rumbo a la Unión Soviética.
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