Por Mariano Aldana Villalón
Santiago de Cuba, 14 sep.— Hoy, los apícolas santiagueros se han ganado un espacio en el país por los aportes que hacen en las mieles ecológicas. Ese resultado descansa en las estrategias técnico productivas que son ejecutadas para mejorar los acumulados melíferos.
De hecho, son referentes en el proceso técnico productivo. Así lo consideró la dirección de la Empresa Cubana de Apicultura cuando pasaba balance a su gestión de la primera parte del año.
El directivo de la entidad cubana, Lázaro Bruno García Castro, significaba que lo materializado hasta ahora y las potencialidades que tiene el territorio santiaguero auguran que los niveles productivos pueden crecer por año, según lo establece el programa de desarrollo hasta el 2030.
No es un secreto para nadie que la eficiencia de los apicultores santiagueros, aclaraba García Castro, ha permitido a Santiago de Cuba avanzar significativamente en el programa de desarrollo apícola.
Hoy, la provincia está en condiciones de vencer las 600 toneladas de mieles ecológicas y crecer en relación a lo hecho en el 2017. En la medida que se avance se consolidará el trayecto vencido con la finalidad de aportar mil 200 toneladas en el año 2030.
Lógicamente habrá que trabajar duro, pero los santiagueros nos tienen acostumbrados a salir adelante con resultados concretos.
Para ello hay una máxima aumentar el número de colmenas, donde existan lógicos crecimientos que nos permitan crecer en los rendimientos, aseguraba García Castro.
Junto a ese empeño, la provincia crecerá también en los planes de propóleo y cera, producciones que el país estimula igualmente por su alta demanda.
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