Por Miralis Despaigne Pineda
Palma Soriano, Santiago de Cuba, 9 jul.— Calificado como el poeta nacional Nicolás Guillén enfiló su pensamiento a través de su pluma y describió el color de su tierra, la belleza de esta isla y los problemas que causaban humillación a los cubanos.
Mestizo que dio sabor a sus versos de café, caña de azúcar, tabaco y mulata. Disfrutó el poder oír musicalizados sus versos e inmortalizar más así su obra.
Nació el 10 de julio de 1902 en la provincia de Camagüey, se licenció en derecho y fue abogado, antes de dedicarse al periodismo y darse a conocer como escritor comprometido con la causa revolucionaria. Se resupuso de arrestos y períodos de exilio en varias ocasiones.
Considerado el principal representante de la poesía negra, afrocubana o como él prefería «mulata», Nicolás Guillén es también ejemplo paradigmático del viraje hacia la rehumanización y el compromiso que caracteriza el proceso poético del periodo postvanguardista.
Entre sus obras más notorias se encuentran los poemarios Motivos de son, Sóngoro cosongoy el El son entero, convirtiéndose en el representante más destacado de la poesía negra. El amor y la muerte fueron también temas fundamentales en su poesía.
Su figura y su obra, marcadas siempre por la implicación en el contexto social y político de su país, transcienden no obstante esa circunstancia para convertirse en referencias imprescindibles de la poesía latinoamericana contemporánea.
Nicolás Guillen, por su estilo su quehacer político cultural por siempre será reconocido como nuestro poeta nacional.
No hay comentarios:
Publicar un comentario