Por Armando Fernández Martí
Santiago de Cuba, 17 feb.— Hoy 17 de febrero se cumple 91 años del natalicio del Comandante de la Revolución Juan Almeida Bosque. Si bien llegó en esa fecha de 1927 al mundo en La Habana, la ciudad de Santiago de Cuba lo tiene también entre sus más preciados hijos porque él la amó como si fuera su propio terruño y porque además, fue un héroe de la patria y estos nos pertenecen a todos.
No es intención de este trabajo periodístico reseñar la biografía del Comandante Almeida en breves líneas lo cual podríamos resumir con dos palabras: hombre excepcional, que nacido en cuna humilde se formó con los más altos valores de un hijo que deseó y luchó por ver la patria libre, y esa fue la consagración de su existencia.
Asaltante del Moncada, expedicionario del Granma, Jefe del Tercer Frente Mario Muñoz Monroy en la Sierra Maestra, Comandante de la Revolución, Héroe de la República de Cuba que en medio del tenso y peligroso combate de Alegría de Pío, el 5 de diciembre de 1956, alentó a sus compañeros expedicionarios expresándoles: “!Aquí no se rinde nadie!”
A su figura de recio soldado, viril y corajudo, el Comandante Juan Almeida anexó a ella una sensibilidad muy especial y junto a su mochila de guerrillero y la escaramuza del combate, viajó la poesía y la canción unida a la agreste montaña.
La historia no es casualidad, es recompensa, por eso un día como el de hoy, 17 de febrero en su 91 cumpleaños, podemos recordar al Comandante de la Revolución Juan Almeida Bosque como si estuviera presente en todo el quehacer de su pueblo humilde y revolucionario que ha prometido seguir su ejemplo y no dejarse vencer jamás, siempre con una sonrisa entre los labios.
Las calles de la ciudad santiaguera por las que tanto caminó aún lo recuerdan, el actuar de su gente aún le inspiran las notas de una canción, ante su paso nos alegramos todos, porque sabemos que él nunca nos abandonará, sobre todo con su ejemplo.
Nada enorgullece más a los santiagueros que casi a la misma entrada de la ciudad desde la fachada del coloso cultural Heredia, cerca de los muros del Moncada y mirando hacia las lomas donde fundó el Tercer Frente Oriental Mario Muñoz Monroy podemos apreciar día y noche el rostro sonriente del Comandante de la Revolución Juan Almeida Bosque, gigante como era, señalándonos siempre la fuerza de su buen ejemplo que será una de nuestras principales banderas a seguir.
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