Por Karina Sotomayor Otero
Santiago de Cuba, 14 nov.— El escultor y dibujante Alberto Lescay, se encontraba en Estados Unidos cuando conoció sobre la muerte de Fidel, el 25 de noviembre de 2016. Para describir su dolor, el artista creó el primer cuadro de la serie que llamó “Estás”. Casi al cumplirse el primer aniversario de la desaparición fisica del Comandante, ese cuadro llega a Cuba y su autor le cataloga como una de esas obras a las que nunca renunciará por su valor sentimental.
En su estudio, el hacedor y sin imaginarlo, se asoma a sus casi cincuenta años de ese trabajo que ama y con el tiempo se da cuenta, va siendo aún más pasional. La historia que ahora se cuenta, lo confirma, es cierto, el autor tiene muchas obras, pero esta la nombra especial. Con los pigmentos húmedos la dejó en Estados Unidos, al cuidado de un amigo en noviembre del año pasado y hoy por fin la tiene próxima.
Mientras le descubre, llegan paisajes imaginarios con dos nombres y dos tiempos que le pertenecen como hoy y son únicos, Maceo y Fidel: “Fidel para mí, como para muchas generaciones, es un paradigma como lo es Antonio Maceo. En este caso Fidel viene a ser como la síntesis de todas esas luchas anteriores que ya teñíamos dentro; una luz, un resumen, no totalmente acabado, pero llevado a su más alto punto.
Personalmente lo asumo como un padre más, mi padre natural me dio todo lo que pudo y fue mucho, pero él, Fidel, me ofreció todo en el campo del pensamiento. Lo que si estaban conscientes mi padres que al llegar Fidel y la Revolución era el momento de que yo iba a tener lo que ellos como familia de sangre, no pudieron darme.
La obra que se resiste a salir de la envoltura se llama “Estás” y se bautiza así por muchas razones. Por más de trescientos días
permaneció en los Estados Unidos en espera de su autor y como soporte lleva un mensaje personal y a la vez colectivo. Quizas porque la pintura está más cerca de la escala humana y contenga emociones y colores que van más allá de las palabras, el autor le escogió un día de dolor para declarar optimismo y esperanza: era el 25 de noviembre de 2016. Un amigo le ofreció pinturas y Lescay se expresó. Fue la primera obra de la serie “Estás”, el segundo cuadro lo creó aquí, en Santiago:
“Cuando el fallece, la noticia me sorprende en New Orleans, estaba allí para formalizar un proceso de trabajo importante. Estaba yo en un concierto de jazz cuando lo supe. Lo primero que se me ocurrió fue decir algo, a los enemigos, a los amigos y enemigos de la Revolución y en especial a los jóvenes cubanos. Viajo a Miami y busco a un amigo que se dedica a comercializar utensilios de arte. Me ofreció un almacén de materiales y me dijo, usa lo que quieras; yo quería pintar un cuadro para no dejar escapar esa sensación tan extraña. Vine directo a Santiago y no pude traerlo, estaba aún húmeda la pintura. Al llegar me pase la noche pintando otro cuadro, aquí que ahora se exhibe en Bayamo”
El escultor y dibujante soñó con hacerle un monumento a Fidel y realizó varias maquetas, uno en particular reclamó su atención: “De todas las maquetas que hice la que más me gusta, la expongo ahora en Bayamo y le nombré “Monumento prohibido”. Yo estaba muy cerca de Raúl, en la plaza cuando él dijo aquel memorable discurso y explicó el asunto de que Fidel prohibió de que se le hiciera un monumento. Me recuperé y me dije, la última galleta que le dio a sus enemigos, además un ejemplo de humildad; y otra vez le comprendí. Por eso, ahora siento a esa maqueta como un símbolo de lo que habría querido hacer.
La puse en una urna como una pieza de museo con una base de caoba y allí está. Es el caballo seguido por todos nosotros, pues la verdad es que no podemos imitarle, lo que podemos es seguirle… Con el regreso de esta pieza a Cuba se completa el mensaje que movilizó al autor un año atrás. Casi cinco décadas de la firma de su primer cuadro, el autor reconoce que en cada trazo existen verdades únicas.
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