Por Casa Dranguet
Santiago de Cuba, 29 nov.— A través del arte, en la santiaguera Casa Dranguet se hermanan hoy dos proyectos culturales: la compañía danzaria All Star, de Santiago de Cuba, y Cubanos Salseros, de Bélgica, estos últimos interesados en aprender más sobre los ritmos bailables de la mayor nación del Caribe.
Santiago de Cuba, 29 nov.— A través del arte, en la santiaguera Casa Dranguet se hermanan hoy dos proyectos culturales: la compañía danzaria All Star, de Santiago de Cuba, y Cubanos Salseros, de Bélgica, estos últimos interesados en aprender más sobre los ritmos bailables de la mayor nación del Caribe.
En Casa Dranguet los belgas aprenden,
desde el pasado lunes y hasta el viernes, los secretos que convierten a
los cubanos en grandes bailadores, entre ellos las raíces africanas,
francesas y haitianas de la riqueza espiritual de los nacidos en este
archipiélago.
Orleisy Laboy Duvergel, comunicador social de la compañía danzaria, asegura que All Star realizó con anterioridad intercambios culurales con personas proveniente de Estados Unidos, Canadá, Francia, entre otros países, aunque es la primera vez que se hace con ciudadanos belgas, una experiencia que ha sido hasta el momento muy fructífera y enriquecedora.
“Ellos llegaron con base, ya sabían bailar, y están aquí porque su interés es profundizar en los géneros cubanos y en la manera de bailar de los cubanos. Especial interés tienen en las danzas afro cubanas, franco haitianas, y más aún en la salsa”, asegura.
Los belgas que participan en el intercambio cultural terminan por todo lo alto con una rueda de casino donde ponen en práctica lo aprendido durante los cinco días que dura su visita, aunque también muestran el conocimiento adquirido sobre los demás ritmos además de la salsa.
En la noche, conocen, además, los principales centros nocturnos de la ciudad, con lo que estos intercambios promueven el conocimiento no solo de los géneros bailables sino de la propia urbe en sí.
La compañía danzaria All Star surgió en los predios de la Universidad de Oriente hace ya 13 años, idea de Jorge Luna Roque, su actual director. Inicialmente solo practicaban la salsa, posteriormente incorporaron los géneros más conocidos de la cultura cubana.
Orleisy Laboy Duvergel, comunicador social de la compañía danzaria, asegura que All Star realizó con anterioridad intercambios culurales con personas proveniente de Estados Unidos, Canadá, Francia, entre otros países, aunque es la primera vez que se hace con ciudadanos belgas, una experiencia que ha sido hasta el momento muy fructífera y enriquecedora.
“Ellos llegaron con base, ya sabían bailar, y están aquí porque su interés es profundizar en los géneros cubanos y en la manera de bailar de los cubanos. Especial interés tienen en las danzas afro cubanas, franco haitianas, y más aún en la salsa”, asegura.
Los belgas que participan en el intercambio cultural terminan por todo lo alto con una rueda de casino donde ponen en práctica lo aprendido durante los cinco días que dura su visita, aunque también muestran el conocimiento adquirido sobre los demás ritmos además de la salsa.
En la noche, conocen, además, los principales centros nocturnos de la ciudad, con lo que estos intercambios promueven el conocimiento no solo de los géneros bailables sino de la propia urbe en sí.
La compañía danzaria All Star surgió en los predios de la Universidad de Oriente hace ya 13 años, idea de Jorge Luna Roque, su actual director. Inicialmente solo practicaban la salsa, posteriormente incorporaron los géneros más conocidos de la cultura cubana.
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