Santiago de Cuba, 26 jul.— Cuando el reloj marcó las cinco de la madrugada de este 26 de Julio y los pioneros asaltaron simbólicamente el otrora cuartel Moncada hoy un centro escolar, en el pensamiento y el corazón de los pequeños estuvo Fidel, artífice de aquella acción llevada a cabo hace 64 años por un grupo de jóvenes liderados por él con el firme propósito de alcanzar la plena independencia de un país sometido a la ignominia.
Cuando la juventud Comunista como parte
de su festival provincial desde los muros del Moncada a través de un
tribunal demande al imperialismo haciéndolo responsable de asesinatos,
torturas, sabotajes, un bloqueo que dura más de cincuenta años y se
manifieste en contra de los más recientes pronunciamientos del
presidente de los Estados Unidos Donald Trump ratificando que no hay
temores, ahí estará Fidel.
En cantos y poesías, en los compromisos que se asumen desde la convocatoria que hiciera Lázaro Expósito Canto Primer Secretario del Partido en la provincia desde el municipio Contramaestre, sede del acto por la efeméride en un llamado que consigna “El Moncada sembró la semilla de ese cambio histórico rotundo que, a pesar del fracaso militar, empezó a convertirse en realidad un lustro después “está el legado de Fidel.
En manos que laboriosas emprenden acciones renovadoras en la construcción de obras de beneficio social en el nuevo estilo de trabajo del proyecto Santiago Arde y las que concluidas serán inauguradas por la histórica fecha, está Fidel omnipresente, trayendo bálsamo para asumir su ausencia física y dejándonos apreciar que como siempre nos enseñó con su ejemplo que si se pudo si se puede y se podrá.
El gigante de verde olivo, el insurrecto de la clandestinidad, el barbudo de la Sierra, el querido Comandante sigue con sus botas guerrilleras marcando el camino que se renueva cada veintiséis.
En cantos y poesías, en los compromisos que se asumen desde la convocatoria que hiciera Lázaro Expósito Canto Primer Secretario del Partido en la provincia desde el municipio Contramaestre, sede del acto por la efeméride en un llamado que consigna “El Moncada sembró la semilla de ese cambio histórico rotundo que, a pesar del fracaso militar, empezó a convertirse en realidad un lustro después “está el legado de Fidel.
En manos que laboriosas emprenden acciones renovadoras en la construcción de obras de beneficio social en el nuevo estilo de trabajo del proyecto Santiago Arde y las que concluidas serán inauguradas por la histórica fecha, está Fidel omnipresente, trayendo bálsamo para asumir su ausencia física y dejándonos apreciar que como siempre nos enseñó con su ejemplo que si se pudo si se puede y se podrá.
El gigante de verde olivo, el insurrecto de la clandestinidad, el barbudo de la Sierra, el querido Comandante sigue con sus botas guerrilleras marcando el camino que se renueva cada veintiséis.
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