El Parque histórico-conmemorativo Loma de San Juan, de esta ciudad, atesora la placa conmemorativa Monumento Nacional. Ese sitio debe su trascendencia al rol desempeñado en la defensa de la urbe durante la guerra Hispano-Cubana-Norteamericana, conflicto que puso fin al dominio español sobre Cuba.
Santiago
de Cuba, 21 jul.— Celosamente guardado por la solemnidad de cañones de
artillería y 300 fusiles, se halla el Árbol de la Paz, símbolo que
señala el sitio donde las tropas coloniales españolas se rindieron a las
fuerzas norteamericanas, en 1898. Sin embargo, esta victoria sólo se
obtuvo gracias al apoyo del ejército Libertador comandado por el General
Calixto García.
María del Carmen Knaggs Maymir, Especialista en Monumentos y Sitios Históricos, del Centro Provincial de Patrimonio Cultural, destaca que “allí se firmó, una paz, pero una paz sin independencia, porque tampoco se dejó entrar a los mambises a Santiago”.
María del Carmen Knaggs Maymir, Especialista en Monumentos y Sitios Históricos, del Centro Provincial de Patrimonio Cultural, destaca que “allí se firmó, una paz, pero una paz sin independencia, porque tampoco se dejó entrar a los mambises a Santiago”.
Por eso cada mañana, un rayo de luz enaltece la memoria de los veteranos cubanos que tras duros años de lucha, no alcanzaron la libertad. Han trascurrido 119 años de ese suceso y hasta allí llegan miles de personas interesadas en conocer una parte de nuestra historia.
En la Loma de San Juan, “las tropas norteamericanas dirigidas por el general Wiliam Shafter y las cubanas comandadas por el General Calixto García, dieron la última batalla contra el aguerrido ejército que mantenía en Cuba la soberanía de España”, acotó Knaggs Maymir, también Profesora Auxiliar de la Universidad de Oriente.
Desde 1928 el parque conmemorativo evoca el recuerdo de los caídos en la sangrienta lucha. Gracias a la iniciativa del coronel José González Valdés, allí se erigen varios monumentos dedicados al soldado español desconocido, al soldado norteamericano y al mambí victorioso.
El Árbol de la Paz y la Loma de San Juan, unidos por la historia y la proximidad, constituyen un conjunto monumental de extraordinarios valores.
Hoy la nación siente orgullo de su historia fraguada en su constante lucha por la independencia. Así lo reconoce el monolito situado allí por el centenario de aquel suceso: “Cuba es libre de tutelas y está consciente de su república con todos y para el bien de todos”.
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