Por Israel Hernández Planas
Santiago de Cuba, 8 abr.— Una vez más
los santiagueros acuden al desvelo para iniciar temprano una jornada de
compromisos. Hasta el poblado del Caney, célebre por sus producciones
frutales, llegó el movimiento
Santiago Arde para convocar a pobladores de la localidad a integrarse
en la rehabilitación de obras de gran impacto social.
Antes las principales autoridades políticas de la provincia los moradores comprometieron su apoyo en la intervención de más de 30 objetos e inmuebles tales como la biblioteca comunitaria, las escuelas, consultorios y establecimientos comerciales. Aquí también se erigirá un parque infantil y un mercado poli funcional que aglutinará varias unidades especializadas.
Antes las principales autoridades políticas de la provincia los moradores comprometieron su apoyo en la intervención de más de 30 objetos e inmuebles tales como la biblioteca comunitaria, las escuelas, consultorios y establecimientos comerciales. Aquí también se erigirá un parque infantil y un mercado poli funcional que aglutinará varias unidades especializadas.
Es este un acto simbólico que se derivó de las Jornadas de Recuperación de cuatro locales de la calle Enramadas, incendiados en noviembre del pasado año. En aquella ocasión un movimiento constructivo de grandes proporciones permitió recuperar todo, en tan sólo 22 días. Desde entonces el concepto de apoyo popular a la construcción de obras sociales se le denominó Santiago Arde. Con el Caney el movimiento abarca ocho asentamientos de la ciudad y su periferia restando tres que se sumarán en los próximos días.
Por ello con júbilo celebran los pobladores cuando llega a la comunidad la llama renovadora del Santiago Arde. Es el simbolismo de recuperar lo vetusto con el concurso de sus principales beneficiarios, la gente común.
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