Santiago de Cuba, 1 abr.— El 9 de mayo de 1878 el General Antonio Maceo Grajales partió desde Santiago de Cuba hacia Jamaica en cumplimiento de una misión asignada por el Consejo de Gobierno en Armas. Antes de salir de la isla, el Titán de Bronce dialogó nuevamente con el General español Arsenio Martínez Campos, el mismo de la Protesta de Baraguá,
que fue a despedirle cordialmente en San
Luis, y para cerciorarse de que el guerrero cubano no afrontara
dificultades en su traslado hacia la capital oriental.
En ese diálogo, Maceo le dijo a Martínez Campos: “General le doy las gracias por sus delicadas atenciones (…), y le deseo que pueda terminar su obra ahora que yo no le estorbo, pero como no estoy comprometido, haré cuanto pueda por volver y entonces emprenderé de nuevo mi obra”.
Y consecuente con esa decisión, 17 años después, el primero de abril de 1895, el Mayor General Antonio Maceo Grajales arribaba a Cuba en una expedición, que desembarcó por Playa Duaba, en las cercanías de Baracoa para emprender nuevamente su obra redentora de dale la independencia a Cuba, tal y como se lo había expresado al General español Arsenio Martínez Campos.
Junto a Maceo llegaron por Duaba los Generales Flor Crombet, que venía al frente de la expedición, así como José Maceo y una veintena de patriotas más, quienes habían partido el 25 de marzo de 1895 desde puerto Limón, en Costa Rica.
Apenas unas horas después de la llegada a Playa Duaba el General Antonio Maceo y sus hombres, entablaron combate con una columna española que los perseguía y que fue derrotada. Cuentan que los enemigos al escuchar el grito de: “!Aquí está Maceo! ¡Viva Cuba libre!, los soldados huyeron despavoridos.
Para que se tenga una idea de lo que representaba el Titán de Bronce para España, apenas tres días después de su desembarco en la isla, partió desde la península ibérica el principal contrincante de Maceo, el General Arsenio Martínez Campos, con unos 20 000 soldados con los cuales pensaba aplastar la insurrección reiniciada a partir del 24 de febrero de 1895 en Cuba.
No sería hasta el 20 de abril de 1895, que el Mayor General Antonio Maceo Grajales haría contacto con las tropas mambisas que operaban en la región de Guantánamo, a partir de lo cual tomó las riendas militares de la revolución, hasta tanto asumiera su mandato el General en Jefe Máximo Gómez Báez, que ya desde el 11 de abril había desembarcado en Cuba por Playitas de Cajobabo, junto con el Delegado del Partido Revolucionario Cubano, José Martí.
En ese diálogo, Maceo le dijo a Martínez Campos: “General le doy las gracias por sus delicadas atenciones (…), y le deseo que pueda terminar su obra ahora que yo no le estorbo, pero como no estoy comprometido, haré cuanto pueda por volver y entonces emprenderé de nuevo mi obra”.
Y consecuente con esa decisión, 17 años después, el primero de abril de 1895, el Mayor General Antonio Maceo Grajales arribaba a Cuba en una expedición, que desembarcó por Playa Duaba, en las cercanías de Baracoa para emprender nuevamente su obra redentora de dale la independencia a Cuba, tal y como se lo había expresado al General español Arsenio Martínez Campos.
Junto a Maceo llegaron por Duaba los Generales Flor Crombet, que venía al frente de la expedición, así como José Maceo y una veintena de patriotas más, quienes habían partido el 25 de marzo de 1895 desde puerto Limón, en Costa Rica.
Apenas unas horas después de la llegada a Playa Duaba el General Antonio Maceo y sus hombres, entablaron combate con una columna española que los perseguía y que fue derrotada. Cuentan que los enemigos al escuchar el grito de: “!Aquí está Maceo! ¡Viva Cuba libre!, los soldados huyeron despavoridos.
Para que se tenga una idea de lo que representaba el Titán de Bronce para España, apenas tres días después de su desembarco en la isla, partió desde la península ibérica el principal contrincante de Maceo, el General Arsenio Martínez Campos, con unos 20 000 soldados con los cuales pensaba aplastar la insurrección reiniciada a partir del 24 de febrero de 1895 en Cuba.
No sería hasta el 20 de abril de 1895, que el Mayor General Antonio Maceo Grajales haría contacto con las tropas mambisas que operaban en la región de Guantánamo, a partir de lo cual tomó las riendas militares de la revolución, hasta tanto asumiera su mandato el General en Jefe Máximo Gómez Báez, que ya desde el 11 de abril había desembarcado en Cuba por Playitas de Cajobabo, junto con el Delegado del Partido Revolucionario Cubano, José Martí.
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