Texto y Foto Lourdes Palau Vázquez
Santiago de Cuba, 10 abr.— Algunas niñas desde su altura admiran tanto a sus seños que quieren ser como ellas, una pequeña le insistía a su madre, yo quiero ser como la seño Mayra, mientras otra le comentaba que quería ser como la seño Yunia, Escenas que no son únicas sino muy repetidas en los hogares cubanos desde que el 10 de Abril de 1961 nacieron los círculos infantiles y con ellos una nueva figura, las queridas seños.
Con estas instituciones que surgieron de la propuesta de la presidenta de honor de la Federación de Mujeres Cubanas Vilma Espín Guillois se beneficia a la mujer y todas las familias trabajadoras que desde horas tempranas llevan a sus pequeños donde reciben no solo una atención esmerada sino también educación adecuada, En ello las seños son esenciales.
Para que los niños aprendan una educadora de círculos infantiles, que es como se denominan debe ser multifacética, saber cantar, pintar, bailar, leer, saltar, hacer los más variados sonidos de animales, pero sobre todo deben tener un gran corazón para repartir el amor a esas criaturas que desde las ocho de la mañana hasta el horario de la tarde quedan en sus manos, bajo guarda y cuidado.
En los círculos los infantes comprendidos en las edades de uno a cinco años van adquiriendo un desarrollo físico y mental armónico, aprenden hábitos higiénicos, costumbres, perfeccionan la lengua materna, reciben nociones de matemáticas, educación física, artes plásticas, música, e identifican objetos, lo que resulta una preparación excelente para su posterior ingreso a la enseñanza primaria.
Por más de cinco décadas las instalaciones han sido muy queridas y demandadas por la familia cubana que reconoce en ellas una obra hermosa de la Revolución de enorme beneficio social, por ello en su aniversario 56 sean bienvenidos los círculos infantiles y el Amor de las seños.
Santiago de Cuba, 10 abr.— Algunas niñas desde su altura admiran tanto a sus seños que quieren ser como ellas, una pequeña le insistía a su madre, yo quiero ser como la seño Mayra, mientras otra le comentaba que quería ser como la seño Yunia, Escenas que no son únicas sino muy repetidas en los hogares cubanos desde que el 10 de Abril de 1961 nacieron los círculos infantiles y con ellos una nueva figura, las queridas seños.
Con estas instituciones que surgieron de la propuesta de la presidenta de honor de la Federación de Mujeres Cubanas Vilma Espín Guillois se beneficia a la mujer y todas las familias trabajadoras que desde horas tempranas llevan a sus pequeños donde reciben no solo una atención esmerada sino también educación adecuada, En ello las seños son esenciales.
Para que los niños aprendan una educadora de círculos infantiles, que es como se denominan debe ser multifacética, saber cantar, pintar, bailar, leer, saltar, hacer los más variados sonidos de animales, pero sobre todo deben tener un gran corazón para repartir el amor a esas criaturas que desde las ocho de la mañana hasta el horario de la tarde quedan en sus manos, bajo guarda y cuidado.
En los círculos los infantes comprendidos en las edades de uno a cinco años van adquiriendo un desarrollo físico y mental armónico, aprenden hábitos higiénicos, costumbres, perfeccionan la lengua materna, reciben nociones de matemáticas, educación física, artes plásticas, música, e identifican objetos, lo que resulta una preparación excelente para su posterior ingreso a la enseñanza primaria.
Por más de cinco décadas las instalaciones han sido muy queridas y demandadas por la familia cubana que reconoce en ellas una obra hermosa de la Revolución de enorme beneficio social, por ello en su aniversario 56 sean bienvenidos los círculos infantiles y el Amor de las seños.
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