Por Armando Fernández Martí
Santiago de Cuba, 4 feb.— El 4 de febrero de 1962, hace hoy 55 años, más de un millón de cubanos reunidos en la Plaza de la Revolución José Martí, de la capital, aprobaron la Segunda Declaración de La Habana, como digna respuesta a la decisión de la Organización de Estados Americanos, OEA, de expulsar a Cuba de sus filas, acuerdo que se adoptó en Punta del Este, Uruguay, el 31 de enero de ese año, con el voto a favor de 14 gobiernos del área y 6 abstenciones.
Santiago de Cuba, 4 feb.— El 4 de febrero de 1962, hace hoy 55 años, más de un millón de cubanos reunidos en la Plaza de la Revolución José Martí, de la capital, aprobaron la Segunda Declaración de La Habana, como digna respuesta a la decisión de la Organización de Estados Americanos, OEA, de expulsar a Cuba de sus filas, acuerdo que se adoptó en Punta del Este, Uruguay, el 31 de enero de ese año, con el voto a favor de 14 gobiernos del área y 6 abstenciones.
La Segunda Declaración de La Habana
condenó las verdaderas intenciones de dicho acuerdo, patrocinado por
Estados Unidos, de apoyarse en los gobiernos títeres latinoamericanos
para agredir a Cuba y en ese sentido señaló: “Dominando a la mayoría de
los estados de América Latina, Estados Unidos pretende caer sobre Cuba
con la fuerza de América”
Refiriéndose a la sumisión de los gobiernos lacayos el documento reconoce la verdadera solidaridad de los pueblos latinoamericanos con Cuba y destaca: “Ningún pueblo de América Latina es débil, porque forma parte de una familia de 200 millones de hermanos que padecen las mismas miserias, tienen el mismo enemigo, y sueñan todos un mismo mejor destino”
En Punta del Este se acusó a Cuba de querer exportar la Revolución, pero la respuesta la da la Segunda Declaración de La Habana cuando expresa: “Las revoluciones no se exportan, las hacen los pueblos. Lo que Cuba puede dar y ha dado ya es su ejemplo”
En sus párrafos finales el histórico documento agrega: “Ahora sí la historia tendrá que contar con los pueblos de América, con los explotados y vilipendiados de América Latina, que han decidido empezar a escribir ellos mismos, para siempre su historia”
Al cumplirse este 4 de febrero el aniversario 55 de la Segunda Declaración de La Habana, hoy más que nunca resulta profético uno de sus enunciados: “Esta gran humanidad ha dicho basta y ha echado a andar, y su marcha de gigante, ya no se detendrá hasta conquistar la única, verdadera e irrenunciable independencia.
Refiriéndose a la sumisión de los gobiernos lacayos el documento reconoce la verdadera solidaridad de los pueblos latinoamericanos con Cuba y destaca: “Ningún pueblo de América Latina es débil, porque forma parte de una familia de 200 millones de hermanos que padecen las mismas miserias, tienen el mismo enemigo, y sueñan todos un mismo mejor destino”
En Punta del Este se acusó a Cuba de querer exportar la Revolución, pero la respuesta la da la Segunda Declaración de La Habana cuando expresa: “Las revoluciones no se exportan, las hacen los pueblos. Lo que Cuba puede dar y ha dado ya es su ejemplo”
En sus párrafos finales el histórico documento agrega: “Ahora sí la historia tendrá que contar con los pueblos de América, con los explotados y vilipendiados de América Latina, que han decidido empezar a escribir ellos mismos, para siempre su historia”
Al cumplirse este 4 de febrero el aniversario 55 de la Segunda Declaración de La Habana, hoy más que nunca resulta profético uno de sus enunciados: “Esta gran humanidad ha dicho basta y ha echado a andar, y su marcha de gigante, ya no se detendrá hasta conquistar la única, verdadera e irrenunciable independencia.
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