Santiago de Cuba, 17 ene.— Un temblor de magnitud 5,8 sacudió hoy en la madrugada diversos puntos de esta ciudad y de otras provincias orientales, justamente a un año de iniciarse una serie sísmica anómala que mantuvo en vilo a la población.
La red de estaciones del Servicio
Sismológico Nacional (SSN) informó que los reportes de perceptibilidad
abarcan a las cinco provincias del este cubano y el movimiento telúrico
ocurrió a las 04:08, hora local, en las coordenadas 19,6 de latitud
norte y 76,6 de longitud oeste, a 10 kilómetros de profundidad.
El segundo sismo perceptible del año fue ubicado a 85 kilómetros al suroeste de Chivirico, en el municipio costero y montañoso de Guamá, que se extiende junto al mar Caribe y la Sierra Maestra.
Como sucede habitualmente en estos casos, numerosas familias salieron del amodorramiento de esas horas y aquellas personas que no percibieron directamente el temblor se enteraron de inmediato por teléfono o la comunicación directa con vecinos, amigos y parientes.
Hay circunstancias a las que nadie se acostumbra por más que estén con relativa frecuencia en la vida cotidiana y los terremotos son una de ellas, máxime si ocurren en medio de la oscuridad de la noche.
Aunque no tiene por qué repetirse la historia, aquel domingo 17 fueron en total ocho los temblores que atormentaron a los santiagueros, desde que comenzara el primero, a la 01:47, hora local, seguido por otro, un minuto después, mientras que ese comportamiento irregular se extendió hasta el día 26 de ese primer mes del 2016.
Hasta el momento, el terremoto de este martes no ha ocasionado daños humanos ni materiales y los sismólogos mantienen su estrecha vigilancia hacia esas señales de las entrañas de la tierra, que envió la primera de este año el último día 4, con una magnitud de tres en la escala de Richter.
El segundo sismo perceptible del año fue ubicado a 85 kilómetros al suroeste de Chivirico, en el municipio costero y montañoso de Guamá, que se extiende junto al mar Caribe y la Sierra Maestra.
Como sucede habitualmente en estos casos, numerosas familias salieron del amodorramiento de esas horas y aquellas personas que no percibieron directamente el temblor se enteraron de inmediato por teléfono o la comunicación directa con vecinos, amigos y parientes.
Hay circunstancias a las que nadie se acostumbra por más que estén con relativa frecuencia en la vida cotidiana y los terremotos son una de ellas, máxime si ocurren en medio de la oscuridad de la noche.
Aunque no tiene por qué repetirse la historia, aquel domingo 17 fueron en total ocho los temblores que atormentaron a los santiagueros, desde que comenzara el primero, a la 01:47, hora local, seguido por otro, un minuto después, mientras que ese comportamiento irregular se extendió hasta el día 26 de ese primer mes del 2016.
Hasta el momento, el terremoto de este martes no ha ocasionado daños humanos ni materiales y los sismólogos mantienen su estrecha vigilancia hacia esas señales de las entrañas de la tierra, que envió la primera de este año el último día 4, con una magnitud de tres en la escala de Richter.
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