Por Claudia González Catalán
Santiago
de Cuba, 9 oct.— Las cuentas de la historia apuntan una fatídica
relación entre los huracanes, el mes de octubre y Santiago de Cuba.
Desde el recién instalado radar meteorológico de la Gran Piedra, Fidel
Castro siguió el paso huracán Inés por el territorio oriental en los
primeros días de octubre hace 50 años.
Tres años antes, Flora había dejado un
rastro de pérdidas incalculables desde que tocó tierra cubana un 3 de
octubre y en 2012, Sandy perpetuó en muchas vidas la noche del 25 de
octubre.
Muchos santiagueros no tienen explicación para este
fenómeno, sin embargo, la experiencia les ha indicado que en
meteorología no hay lugar para casualidades ni supersticiones.
Gisela Rodríguez Paredes, especialista en Meteorología del Centro Meteorológico Provincial, nos explica:
“No
existe tal coincidencia sino razones científicas. En estos meses se
incrementa la presencia del fenómeno de El Niño que favorece el
desarrollo de los sistemas ciclónicos”
Apuntan también los
especialistas que en el mes de octubre, la mayoría de los ciclones se
forman en las aguas del Caribe que le ofrecen condiciones propicias:
altas temperaturas y condiciones favorables en la atmósfera superior.
La
trayectoria también se asocia al momento de la temporada. Según el mes,
coinciden similares sistemas meteorológicos alrededor de los ciclones e
impulsan su desplazamiento.
En octubre, se combina el rumbo
oeste con un punto de recurva hacia el norte que acerca peligrosamente
estos fenómenos a la región oriental de Cuba.
Aunque las razones
se escapen por resquicios científicos, octubre es para los santiagueros
un mes de memorias, alertas y preparación.
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