Santiago de Cuba, 2 sep.— Con la puesta en escena de fragmentos de la reconocida obra Papobo, y homenajes a fundadores, actores consagrados y a los jóvenes incorporados al grupo, se celebró este jueves, en la ciudad de Santiago de Cuba, el aniversario 55 del Teatro Guiñol Santiago.
Milagros Guzmán, actriz durante 40 años
en esa compañía, comentó a la ACN su satisfacción con esa jornada de
festejos, en la que además se rindió tributo a los actores que ya no
están y que entregaron todo en sus presentaciones para disfrute de los
niños, público por excelencia del Guiñol.
Laboralmente me inicié aquí y me he mantenido, porque el trabajo para los más pequeños es apasionante y amerita que el artista se desdoble en todos los sentidos, sobre todo porque en la escena debe pensar como un infante y actuar en correspondencia.
Lisset Díaz resaltó que los 15 años en esa agrupación han marcado su carrera, ya que se trata de una labor completa, tan exigente e incluso más compleja que la actuación para adultos, pues se debe lograr en el manejo de los títeres y la voz una proyección escénica atractiva para los niños.
Inaugurado el 1 de septiembre de 1961 con el nombre de Teatro Guiñol Oriente, el Guiñol Santiago ha desarrollado desde sus orígenes la línea estética de la manipulación de marionetas, con la cual ha mostrado la riqueza de la cultura cubana e inculcado valores a partir del estímulo de la risa.
Actualmente radica en la Sala Mambí, en esta urbe, y su director general es Rafael Meléndez, quien ha montado varias obras en espacios abiertos y cerrados, entre ellas La muñeca negra y Meñique, basadas en los cuentos de José Martí, La gallinita dorada, Los tres cerditos y La calle de los fantasmas.
Laboralmente me inicié aquí y me he mantenido, porque el trabajo para los más pequeños es apasionante y amerita que el artista se desdoble en todos los sentidos, sobre todo porque en la escena debe pensar como un infante y actuar en correspondencia.
Lisset Díaz resaltó que los 15 años en esa agrupación han marcado su carrera, ya que se trata de una labor completa, tan exigente e incluso más compleja que la actuación para adultos, pues se debe lograr en el manejo de los títeres y la voz una proyección escénica atractiva para los niños.
Inaugurado el 1 de septiembre de 1961 con el nombre de Teatro Guiñol Oriente, el Guiñol Santiago ha desarrollado desde sus orígenes la línea estética de la manipulación de marionetas, con la cual ha mostrado la riqueza de la cultura cubana e inculcado valores a partir del estímulo de la risa.
Actualmente radica en la Sala Mambí, en esta urbe, y su director general es Rafael Meléndez, quien ha montado varias obras en espacios abiertos y cerrados, entre ellas La muñeca negra y Meñique, basadas en los cuentos de José Martí, La gallinita dorada, Los tres cerditos y La calle de los fantasmas.
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