Por Bárbara Aroche CuadroSantiago de Cuba, 7 jun.— Mostrarse de acuerdo con el buen desempeño de las personas será siempre una orientación que defenderé, por ello aprovecho para la reflexión un tema sensible relacionado con los intérpretes del lenguaje de señas para sordos y mudos en la ciudad de Santiago de Cuba.
La lengua de señas no es simple mímica, ni tampoco una reproducción visual de alguna versión simplificada de ninguna lengua oral, tienen gramática compleja, creativa y productiva como cualquier otra lengua, de ahí que reconocer a quienes dedican su desempeño en esta compleja labor, representa asumir una aptitud digna hacia las tantas acciones que desempeña el Estado cubano, en aras de una sociedad inclusiva y más funcional.
La lengua de señas o lenguaje de signos es una lengua natural, porque designa una variedad lingüística o forma de lenguaje humano con fines comunicativos, como lo hacen los intérpretes de este lenguaje en esta ciudad quienes por su dedicación han merecido ser reconocidos a manera de estimulo.
La provincia Santiago de Cuba ha sido la que más interpretes del lenguaje de señas ha formado según, Roger Milán coordinador nacional de intérpretes. Estos hombres y mujeres tienen el don maravilloso de hacer fluir la comunicación en la sociedad sorda cubana.
La
Asociación Nacional de Sordos se proyecta en función de mejorar los
planes y programas de estudio de estos intérpretes, lo que va permitir
que surjan nuevos seres competentes para la vida.Para estos profesionales que median entre un mundo sonoro y uno de silencio, y que a través de sus manos contribuyen al desarrollo de nuevos conocimientos y habilidades en las personas con estas discapacidades, el respeto y reconocimiento de la sociedad por elevar la autoestima de miles de personas en la comunidad sorda cubana.
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