Por Esperanza Castellanos Cabrejas
Santiago de Cuba, 18 jun.— Ciento seis pudiera ser un número como otro cualquiera en una lista interminable de asuntos cotidianos o simplemente de cosas que queremos adquirir en la vida, de sueños, metas, objetivos profesionales o personales.
Santiago de Cuba, 18 jun.— Ciento seis pudiera ser un número como otro cualquiera en una lista interminable de asuntos cotidianos o simplemente de cosas que queremos adquirir en la vida, de sueños, metas, objetivos profesionales o personales.
Sin embargo 106 son las razones de
Cunda, o Libia González, quien se dedicó por completo al cuidado de sus
nueve hijos, nueve nietos, dos bisnietos y un tataranieto.
Hoy sus manos ya no pueden ayudar mucho en los quehaceres de la casa, pero desde muy jóvenes lavaron y plancharon ropas para otras personas y fueron el sustento por más de 50 años, de toda la familia, que gracias a los cuidados permanentes de Libia enrumbaron a los primeros hijos, en alguna que otra carrera profesional u oficio Decente.
Su rostro y la humedad de sus ojos cansados son la expresión más evidente de la frase popular “los años no pasan por gusto”.
Unas lágrimas bautizan su piel delicada tras los recuerdos de otros años, la familia que siempre queda y los que ya se fueron a otros lugares más tranquilos. Pero a pesar de tantos sentimientos, a Libia le quedan fuerzas todavía para dibujar una sonrisa al tararear alguna que otra canción de los Van Van o del dúo santiaguero Los Compadres.
Ya sus pies apenas dan algunos cortos pasos con ayuda de alguien, pero Libia se muestra todavía una mujer fuerte.
Hoy sus manos ya no pueden ayudar mucho en los quehaceres de la casa, pero desde muy jóvenes lavaron y plancharon ropas para otras personas y fueron el sustento por más de 50 años, de toda la familia, que gracias a los cuidados permanentes de Libia enrumbaron a los primeros hijos, en alguna que otra carrera profesional u oficio Decente.
Su rostro y la humedad de sus ojos cansados son la expresión más evidente de la frase popular “los años no pasan por gusto”.
Unas lágrimas bautizan su piel delicada tras los recuerdos de otros años, la familia que siempre queda y los que ya se fueron a otros lugares más tranquilos. Pero a pesar de tantos sentimientos, a Libia le quedan fuerzas todavía para dibujar una sonrisa al tararear alguna que otra canción de los Van Van o del dúo santiaguero Los Compadres.
Ya sus pies apenas dan algunos cortos pasos con ayuda de alguien, pero Libia se muestra todavía una mujer fuerte.
Hace apenas unas horas celebró junto a
sus seres más queridos su cumpleaños 106, y tuvo también la suerte de
recibir por parte de la Seguridad Social en Santiago de Cuba, colchón
nuevo, juego de sábanas, y útiles para su uso personal.
Además cuenta con la atención permanente del médico de la familia, un fisioterapeuta y de sus hijas y nietos inseparables.
Cunda es sólo una de las más de mil 122 personas que reciben este tipo de ayuda por parte del Estado cubano en esta provincia, y de los de 69 longevos que sobrepasan los cien años, y a quienes se les brinda especial atención tanto en centros especializados como en los hogares familiares con artículos y materiales de primera necesidad para los ancianos.
Además cuenta con la atención permanente del médico de la familia, un fisioterapeuta y de sus hijas y nietos inseparables.
Cunda es sólo una de las más de mil 122 personas que reciben este tipo de ayuda por parte del Estado cubano en esta provincia, y de los de 69 longevos que sobrepasan los cien años, y a quienes se les brinda especial atención tanto en centros especializados como en los hogares familiares con artículos y materiales de primera necesidad para los ancianos.
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