Por Miralis Despaigne Pineda
Palma Soriano, Santiago de Cuba, 16 abr.— En los días gloriosos de Girón, combatientes de todas partes de Cuba, pusieron su granito de arena para lograr la histórica Primera Gran Derrota de Imperialismo Yanqui en América. Los palmeros Dagoberto Rizo Carballo y Eugenio Rosales Díaz son de los combatientes que hoy cuentan sus vivencias.
Palma Soriano, Santiago de Cuba, 16 abr.— En los días gloriosos de Girón, combatientes de todas partes de Cuba, pusieron su granito de arena para lograr la histórica Primera Gran Derrota de Imperialismo Yanqui en América. Los palmeros Dagoberto Rizo Carballo y Eugenio Rosales Díaz son de los combatientes que hoy cuentan sus vivencias.
“Yo estaba el día 15 de abril de 1961 en
San Antonio de los Baños cuando recibimos las primeras instrucciones de
mantenernos alerta, que era eminente una invasión….”, así relata
Dagoberto lo vivido, emocionado continúa “Comenzaron a volar aviones que
parecían de la aviación cubana pero era para crear confusión. Cuando
inició el bombardeo, desde el lugar donde me encontraba vi despeñarse un
avión incendiado”.
El relato se hace extenso pero la emoción es mucho mayor cuando refiere ”En poco tiempo Fidel llegó adonde estábamos, él nos hacía preguntas, a mí por ejemplo me puso la mano en el hombro y me pidió que le explicará lo del avión que vi caer……”.
Rosales por su parte, que era de la columna que entró con Fidel a la Habana y se encontraba en Cuidad Libertad, también refiere “salimos para allá preparados para todo, sabíamos que ellos venían bien armados y dispuestos a arrebatarnos la victoria que tanta sangre había costado. Pero el valor creció mucho más cuando vimos al Comandante dirigiéndonos, ese fue el mayor aliento”.
A 55 años de la epopeya heroica de Playa Girón son muchas las memorias de cada minuto vivido en solo 72 horas, una historia que llevará por siempre el nombre de “Victoria”.
El relato se hace extenso pero la emoción es mucho mayor cuando refiere ”En poco tiempo Fidel llegó adonde estábamos, él nos hacía preguntas, a mí por ejemplo me puso la mano en el hombro y me pidió que le explicará lo del avión que vi caer……”.
Rosales por su parte, que era de la columna que entró con Fidel a la Habana y se encontraba en Cuidad Libertad, también refiere “salimos para allá preparados para todo, sabíamos que ellos venían bien armados y dispuestos a arrebatarnos la victoria que tanta sangre había costado. Pero el valor creció mucho más cuando vimos al Comandante dirigiéndonos, ese fue el mayor aliento”.
A 55 años de la epopeya heroica de Playa Girón son muchas las memorias de cada minuto vivido en solo 72 horas, una historia que llevará por siempre el nombre de “Victoria”.
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