Por Rosalina Tamayo Arañó
Palma Soriano, Santiago de Cuba, 27 ene.— El trabajo hace mejor al hombre y esta es la máxima de un palmero que sirviendo a su pueblo se siente muy satisfecho.
Palma Soriano, Santiago de Cuba, 27 ene.— El trabajo hace mejor al hombre y esta es la máxima de un palmero que sirviendo a su pueblo se siente muy satisfecho.
Cantador y Buena suerte se dejan guiar
por Betico que cada mañana en su carreta recoge los desechos sólidos del
Barrio de Bambá en Palma Soriano que tiene un amplio desarrollo
habitacional.
A sus 73 años Heriberto Avalo Núñez trabaja con el mismo ímpetu del primer día y nos cuenta "que desde que me jubilé a los 60 años estoy trabajando en comunales y me siento muy bien, porque el pueblo se lleva bien conmigo y yo con el pueblo".
A la pregunta de que si no está cansado, me dice "yo puedo pasarme todo el día recogiendo basura que después voy para mi vega, mi esposa me pelea por eso, pero a mí me gusta trabajar. Me llevo bien con todo el mundo me brindan café, un trago de ron y me lo tomo, no tengo problemas con eso. Uno tiene que buscar la vida honradamente, la gente me dice que yo no tengo necesidad de trabajar pero yo veo que yo estoy bien aquí".
Una de las vecinas que le ofrece café Nancy Arévalo Gutiérrez, nos comenta que Betico es buenísimo, cumple con su trabajo y como persona es muy querido en el barrio por ser tan servicial.
Herminio Rodríguez Odio, nos comenta que de Betico hay la mejor opinión, trabaja sin descanso, lo hace con muchos deseos a pesar de que tiene discapacidad en una pierna, pero él se sube en su carreta, guía sus bueyes y mantiene libre de desechos sólidos las casa y las calles de Bamba.
Todos lo conocen como Betico, pero se llama Heriberto Avalo Núñez con 43 años de trabajo al jubilarse y 13 en esta faena la dan el aval suficiente para darle el título de maestro del sacrificio como lo valoran sus conocidos.
A sus 73 años Heriberto Avalo Núñez trabaja con el mismo ímpetu del primer día y nos cuenta "que desde que me jubilé a los 60 años estoy trabajando en comunales y me siento muy bien, porque el pueblo se lleva bien conmigo y yo con el pueblo".
A la pregunta de que si no está cansado, me dice "yo puedo pasarme todo el día recogiendo basura que después voy para mi vega, mi esposa me pelea por eso, pero a mí me gusta trabajar. Me llevo bien con todo el mundo me brindan café, un trago de ron y me lo tomo, no tengo problemas con eso. Uno tiene que buscar la vida honradamente, la gente me dice que yo no tengo necesidad de trabajar pero yo veo que yo estoy bien aquí".
Una de las vecinas que le ofrece café Nancy Arévalo Gutiérrez, nos comenta que Betico es buenísimo, cumple con su trabajo y como persona es muy querido en el barrio por ser tan servicial.
Herminio Rodríguez Odio, nos comenta que de Betico hay la mejor opinión, trabaja sin descanso, lo hace con muchos deseos a pesar de que tiene discapacidad en una pierna, pero él se sube en su carreta, guía sus bueyes y mantiene libre de desechos sólidos las casa y las calles de Bamba.
Todos lo conocen como Betico, pero se llama Heriberto Avalo Núñez con 43 años de trabajo al jubilarse y 13 en esta faena la dan el aval suficiente para darle el título de maestro del sacrificio como lo valoran sus conocidos.
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