Plaza de la revolución

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sábado, 30 de enero de 2016

Ataque aéreo a Loma de Caracas


Ataque aéreo a Loma de CaracasPor Armando Fernández Martí

Santiago de Cuba, 30 ene.— Para el núcleo inicial del Ejército Rebelde, integrado por unos 30 combatientes, no hubo una situación más difícil que la afrontada el 30 de enero de 1957, hace hoy 59 años, cuando el lugar que servía de campamento al grupo en Loma de Caracas, fue sometido a un intenso ametrallamiento y bombardeo de la aviación batistiana que destruyó casi totalmente el sitio.

Después de los combates victoriosos de Río La Plata, el 17 de enero de 1957, y Arroyo del Infierno, el 22 de ese mismo mes, la guerrilla retornó a la zona de Caracas ya conocida por ellos, percatándose de que la situación allí no era la misma, ya que el lugar había sido visitado por el asesina Casillas, intimidando a los campesinos residentes en la zona que la abandonaron.

Gracias a ese detalle, los guerrilleros no pernoctaron esa noche en el campamento sino en los montes cercanos, lo que evitó que en el ataque aéreo del día siguiente, este no causara bajas humanas, aunque sí logró que el grupo se diseminara por toda la zona y la guerrilla quedara prácticamente desmantelada por varios días.

Sin embargo, a los combatientes rebeldes se le había orientado que de producirse una situación así, el punto de reencuentro sería la llamada Cueva del Humo, y no fue hasta el primero de febrero que la mayoría de los combatientes pudo reunirse nuevamente, incluido un grupo de refuerzo que había llegado de Manzanillo y trasladado a ese lugar por Guillermo García.

En el Valle del Ají, los guerrilleros pudieron recibir algunas ropas, equipos y medicinas traídas por los manzanilleros, por lo que el grupo se sintió más fuerte y cambió el ánimo que les había dejado el ataque aéreo del combate de Loma de Caracas.

Lo sucedido en ese campamento sirvió de experiencia a la guerrilla que a partir de ese momento y durante toda la guerra, no volvió a levantar cocina al aire libre, pues evidentemente el humo de la que tenían en Caracas orientó a la aviación el punto donde atacar.

Lo que ignoraba el destacamento guerrillero era que uno de sus principales guías, Eutimio Guerra, se había vendido al Ejército Batistiano y él mismo desde un avión de reconocimiento había señalado a los pilotos los puntos donde atacar. Pero esa es otra historia que más adelante terminaremos, porque ese traidor estuvo complicado en otras situaciones para la guerrilla.

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