Por Noris Rosado Figueredo
Santiago de Cuba, 4 dic.— En el ir y venir de los santiagueros por la calle Aguilera de esta ciudad caribeña, muchos, no se han percatado que allí, en el Boulevard, antigua Plaza Dolores, se levanta un monumento al patriota cubano, Francisco Vicente Aguilera y Tamayo.
Santiago de Cuba, 4 dic.— En el ir y venir de los santiagueros por la calle Aguilera de esta ciudad caribeña, muchos, no se han percatado que allí, en el Boulevard, antigua Plaza Dolores, se levanta un monumento al patriota cubano, Francisco Vicente Aguilera y Tamayo.
Francisco Vicente Aguilera y Tamayo, nació en Bayamo, antigua provincia de Oriente, el 23 de junio de 1821 y falleció en Nueva York, el 22 de febrero de 1877.
Fue Mayor General de la Guerra de Independencia, y abogado político, que luchó en la guerra de 1868, que iniciara Carlos Manuel de Céspedes, en La Demajagua.
Sacrificó su fortuna por la libertad de la Patria.
En 1867, fundó el Comité Revolucionario de Bayamo y fue un hombre de idea radical. Estuvo en Estados Unidos y en Europa, recaudando fondos para la guerra.
Fue fundador del pensamiento latinoamericanista. Hizo intentos de regresar a Cuba, pero no le fue posible y murió de una penosa enfermedad, sin poder lograr su objetivo, la libertad de Cuba.
Su patriotismo quedó demostrado una vez cuando dijo: “deseo la felicidad de mi patria, a costo de mi felicidad. El hombre debe resignarse a todo, menos olvidar el deber y el amor”.
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