Texto y Foto Eduardo Palomares Calderón
Santiago de Cuba, 2 nov.— A seis meses de denunciar Granma los problemas afrontados en el puerto Guillermón Moncada por un cargamento de urea destinado al Ministerio de la Agricultura y el grupo AzCuba, la eficiente extracción de un nuevo arribo para esta última entidad corrobora cuánto puede beneficiarse el país cuando predomina la organización y voluntad de las partes implicadas.
Santiago de Cuba, 2 nov.— A seis meses de denunciar Granma los problemas afrontados en el puerto Guillermón Moncada por un cargamento de urea destinado al Ministerio de la Agricultura y el grupo AzCuba, la eficiente extracción de un nuevo arribo para esta última entidad corrobora cuánto puede beneficiarse el país cuando predomina la organización y voluntad de las partes implicadas.
Como se recordará, en aquella ocasión
fueron recibidas 26 935 toneladas del fertilizante demandado por
cultivos priorizados como el arroz, el café y la caña de azúcar, y
transcurridos 115 días aún permanecían más de 4 500 sometidas a pésimas
condiciones de almacenaje, los efectos del sol, el sereno y lluvias que
amenazaban con el arrastre al mar de parte de la sustancia derramada.
Tal odisea concluyó 50 días después de publicada en este diario, dejando pérdidas ascendentes a cientos de miles de pesos para la Empresa de Suministros y Transporte Agropecuario del territorio, la de Aseguramiento Logístico del Azúcar (Azumat), de AzCuba, y el Puerto Guillermón Moncada.
“Debido a sus grandes volúmenes, la difícil manipulación como componente químico agresivo y las exigencias en su transportación, la urea siempre se demora, pero no tanto como ahora”, decía entonces Abel Griñán Yero, director de la UEB Almacenes y Extracción del puerto, sin sospechar que luego sería partícipe del destierro de negligencias amparadas en esas subjetividades.
UNA HISTORIA DIFERENTE
Ante los citados antecedentes, nuevamente la entrada de urea por el mismo sitio y hacia el conocido surco de la agricultura cañera, despertaba el pasado mes inquietudes sobre el desenlace de las 9 162 toneladas transportadas desde la República Popular China por el buque Mariana.
“Para nosotros —señaló Mario Sierra Osorio, director adjunto de la Empresa de Servicios Portuarios del Oriente—, todo se despejó antes del atraque del barco de tripulación cubana, pues nos visitó previamente el compañero Omar Irola Valero, director general de la empresa Azumat, para coordinar los detalles de la extracción por el propio AzCuba y la Empresa de Transporte Ferroviario.
“Radicada en La Habana —añade—, AzCuba había asumido una posición muy constructiva frente a los problemas citados, de ahí que en respuesta confiamos la operación a las brigadas más experimentadas, reforzamos la fuerza con personal contratado y ubicamos la embarcación en el muelle 30 de Noviembre, que es la cara de nuestro puerto”.
Tras el arribo, la descarga de los 182 640 sacos por los “guillermones”, como suelen llamarse sus abnegados estibadores, comenzó a las 8 y 40 minutos de la noche del 15 de octubre, en la variante de tiro directo de la bodega a los carros de transporte, e interrumpida solo por la presencia de la lluvia en tres turnos, concluyó a las 2 y 30 de la madrugada del día 25.
¿Récord absoluto, proeza, hazaña? Lo cierto es que no se conoce en la nación resultado superior o similar en este tipo de componente químico, por demás mal estibado y endurecido en el fondo de una bodega a altos grados de temperatura ambiente, donde en su largo periplo soportó el peso de productos evacuados en otros puertos.
Dada la imposibilidad de describir lo acontecido, baste reflejar que en un escenario iluminado de día por el sofocante sol y en la noche por potentes torres de iluminación, desfilaron 281 viajes de camiones y rastras sencillos y con remolques, 13 casillas de ferrocarril y 50 jaulas ferroviarias de tiro de caña, con destino a las provincias de Holguín, Granma, Guantánamo y Santiago de Cuba.
Todo funcionó como un reloj —destacó Griñán Yero—, tuvieron turnos de siete horas y 20 minutos en que las brigadas de 40 a 50 hombres, llegaron a cargar alrededor de 20 camiones y entre cinco y seis carros jaulas, lo cual posibilitó que de las 2 000 toneladas previstas a almacenar durante el proceso de extracción solo fueran protegidas por lluvias 1 219, las cuales salieron hacia sus destinos casi al mismo tiempo que el barco.
En resumen, de los seis días, dos horas y 35 minutos de tiempo operativo programado, la descarga se materializó en cinco días, 15 horas y un minuto, lo cual considerando además la afectación climatológica arrojó en tiempo salvado un día y dos horas, que representaron el ingreso de 5 416 dólares por pronto despacho para la economía del país.
“Sin duda —apuntó el director de Operaciones de Azumat, Jorge Silva Herrera, quien permaneció en Santiago de Cuba —, ha sido una valiosa experiencia, en que la propuesta al país de adelantar la entrada del fertilizante al inicio de la zafra, permitió organizar la extracción con el transporte propio de AzCuba en las provincias que recibirían la urea”.
Debe significarse, que junto a los directivos de Azumat y el puerto, también estuvieron al tanto de la operación la representante de la firma exportadora china, Marlene Tarafa Ribas, y por la Empresa Cubana Importadora de Productos Químicos, el especialista comercial del Grupo de Fertilizantes, Jorge Pérez.
“Es un resultado que trasciende nuestro puerto —enfatizó Sierra Osorio—, porque en medio de la tensión reinante por la descarga en varios buques de arroz, soya, chícharo, sal y otros productos igualmente inaplazables, solo el sentido de pertenencia y la responsabilidad asumida por cada una de las partes, podía conducir la urea por el camino de la eficiencia”.
Tal odisea concluyó 50 días después de publicada en este diario, dejando pérdidas ascendentes a cientos de miles de pesos para la Empresa de Suministros y Transporte Agropecuario del territorio, la de Aseguramiento Logístico del Azúcar (Azumat), de AzCuba, y el Puerto Guillermón Moncada.
“Debido a sus grandes volúmenes, la difícil manipulación como componente químico agresivo y las exigencias en su transportación, la urea siempre se demora, pero no tanto como ahora”, decía entonces Abel Griñán Yero, director de la UEB Almacenes y Extracción del puerto, sin sospechar que luego sería partícipe del destierro de negligencias amparadas en esas subjetividades.
UNA HISTORIA DIFERENTE
Ante los citados antecedentes, nuevamente la entrada de urea por el mismo sitio y hacia el conocido surco de la agricultura cañera, despertaba el pasado mes inquietudes sobre el desenlace de las 9 162 toneladas transportadas desde la República Popular China por el buque Mariana.
“Para nosotros —señaló Mario Sierra Osorio, director adjunto de la Empresa de Servicios Portuarios del Oriente—, todo se despejó antes del atraque del barco de tripulación cubana, pues nos visitó previamente el compañero Omar Irola Valero, director general de la empresa Azumat, para coordinar los detalles de la extracción por el propio AzCuba y la Empresa de Transporte Ferroviario.
“Radicada en La Habana —añade—, AzCuba había asumido una posición muy constructiva frente a los problemas citados, de ahí que en respuesta confiamos la operación a las brigadas más experimentadas, reforzamos la fuerza con personal contratado y ubicamos la embarcación en el muelle 30 de Noviembre, que es la cara de nuestro puerto”.
Tras el arribo, la descarga de los 182 640 sacos por los “guillermones”, como suelen llamarse sus abnegados estibadores, comenzó a las 8 y 40 minutos de la noche del 15 de octubre, en la variante de tiro directo de la bodega a los carros de transporte, e interrumpida solo por la presencia de la lluvia en tres turnos, concluyó a las 2 y 30 de la madrugada del día 25.
¿Récord absoluto, proeza, hazaña? Lo cierto es que no se conoce en la nación resultado superior o similar en este tipo de componente químico, por demás mal estibado y endurecido en el fondo de una bodega a altos grados de temperatura ambiente, donde en su largo periplo soportó el peso de productos evacuados en otros puertos.
Dada la imposibilidad de describir lo acontecido, baste reflejar que en un escenario iluminado de día por el sofocante sol y en la noche por potentes torres de iluminación, desfilaron 281 viajes de camiones y rastras sencillos y con remolques, 13 casillas de ferrocarril y 50 jaulas ferroviarias de tiro de caña, con destino a las provincias de Holguín, Granma, Guantánamo y Santiago de Cuba.
Todo funcionó como un reloj —destacó Griñán Yero—, tuvieron turnos de siete horas y 20 minutos en que las brigadas de 40 a 50 hombres, llegaron a cargar alrededor de 20 camiones y entre cinco y seis carros jaulas, lo cual posibilitó que de las 2 000 toneladas previstas a almacenar durante el proceso de extracción solo fueran protegidas por lluvias 1 219, las cuales salieron hacia sus destinos casi al mismo tiempo que el barco.
En resumen, de los seis días, dos horas y 35 minutos de tiempo operativo programado, la descarga se materializó en cinco días, 15 horas y un minuto, lo cual considerando además la afectación climatológica arrojó en tiempo salvado un día y dos horas, que representaron el ingreso de 5 416 dólares por pronto despacho para la economía del país.
“Sin duda —apuntó el director de Operaciones de Azumat, Jorge Silva Herrera, quien permaneció en Santiago de Cuba —, ha sido una valiosa experiencia, en que la propuesta al país de adelantar la entrada del fertilizante al inicio de la zafra, permitió organizar la extracción con el transporte propio de AzCuba en las provincias que recibirían la urea”.
Debe significarse, que junto a los directivos de Azumat y el puerto, también estuvieron al tanto de la operación la representante de la firma exportadora china, Marlene Tarafa Ribas, y por la Empresa Cubana Importadora de Productos Químicos, el especialista comercial del Grupo de Fertilizantes, Jorge Pérez.
“Es un resultado que trasciende nuestro puerto —enfatizó Sierra Osorio—, porque en medio de la tensión reinante por la descarga en varios buques de arroz, soya, chícharo, sal y otros productos igualmente inaplazables, solo el sentido de pertenencia y la responsabilidad asumida por cada una de las partes, podía conducir la urea por el camino de la eficiencia”.
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