Por Bárbara Aroche Cuadro
Santiago de Cuba, 20 ago.— Ante la grave situación con el abasto de agua potable para el consumo de la población nacional y en particular en Santiago de Cuba debido a la intensa sequía que nos amenaza, es este comentario de cómo se preparar todo el pueblo si se desea superar esta difícil situación natural.
Santiago de Cuba, 20 ago.— Ante la grave situación con el abasto de agua potable para el consumo de la población nacional y en particular en Santiago de Cuba debido a la intensa sequía que nos amenaza, es este comentario de cómo se preparar todo el pueblo si se desea superar esta difícil situación natural.
Es probado que el período de lluvia ya
esta llegando a su final y es una realidad que las mismas han sido casi
nulas a los efectos de acumulación en embalses para su posterior
distribución social con calidad.
Según las notas del Instituto Nacional de Meteorología y otros organismos rectores de este ramo de la economía, este año se suma a años anteriores en que las precipitaciones no rebasan la media histórica, situación que impacta en la capacidad de agua en embalses, así como en la sequedad de las cuencas subterráneas, a lo que también contribuyen las altas temperaturas.
Es significativo señalar como una primera idea, la nota informativa emitida por la Defensa Civil, con un llamado de alerta temprana, en torno a la alarmante situación con la escasez de agua por intensa sequía que se acumula ya por varios años de forma consecutiva.
En este sentido es importante decir que, de continuar dicha situación de sequía, para lo cual existen condiciones favorables, entonces las diversas estrategias que se vienen desarrollando para minimizar el impacto de la sequía necesitarán del concurso de la sociedad, es decir, de todos, con el firme propósito de asumirlas de manera responsable pues los ciclos de distribución serán mayores y en otros casos, algunas esferas importantes de la economía como la agricultura también verán afectados sus planes de producción.
¿Quién o quiénes debemos preocuparnos? Por ejemplo los medios masivos de difusión que tienen alcance en cada hogar, tienen el rol importante de transmitir, de formar, de educar y divulgar las estrategias o formas en que se puede contribuir a minimizar una posible indisciplina social generada por la escasez del preciado líquido. Quienes mas deben preocuparse son las entidades como la agricultura consumidora directa de agua para desarrollar sus procesos roductivos tan necesarios para la alimentación.
Soy del criterio que la respuesta está en asumir que cada santiaguero se sienta comprometido en contribuir con el ahorro del agua, que sea capaz de hacer llegar sus preocupaciones con los salideros en cada barrio o comunidad de la ciudad o ante cualquier otro tipo de anomalía, pues solo así, se estará en condiciones de tributar al ahorro de agua ante el esfuerzo que ya viene realizando el Instituto Nacional de Recursos Hidráulicos en el territorio.
Pienso también en la importancia de apoyarnos en la educación y la unidad del pueblo garantizada tras el triunfo de la Revolución. Este baluarte, puesto a prueba tan solo hace dos años tras el paso del Huracán Sandy, me hace sentir optimista, y asegurar que estoy segura que como en aquella ocasión, este llamado de alerta sobre la futura situación de la sequía y sus impactos en acciones sensibles como la distribución de agua, así como de su impacto negativo en todos los procesos sociales, no será, convertido en trampolín de indisciplinas sociales en barrios y comunidades, sino, que sabremos ayudarnos los unos a los otros.
El reto es, unidad de acción en cada barrio, desde la Federación de Mujeres Cubanas, desde los CDR, y desde cada organización de masas o social, para que Santiago siga siendo Santiago y con el esfuerzo de todos, superar esta crítica situación impuesta una vez más por la naturaleza.
Según las notas del Instituto Nacional de Meteorología y otros organismos rectores de este ramo de la economía, este año se suma a años anteriores en que las precipitaciones no rebasan la media histórica, situación que impacta en la capacidad de agua en embalses, así como en la sequedad de las cuencas subterráneas, a lo que también contribuyen las altas temperaturas.
Es significativo señalar como una primera idea, la nota informativa emitida por la Defensa Civil, con un llamado de alerta temprana, en torno a la alarmante situación con la escasez de agua por intensa sequía que se acumula ya por varios años de forma consecutiva.
En este sentido es importante decir que, de continuar dicha situación de sequía, para lo cual existen condiciones favorables, entonces las diversas estrategias que se vienen desarrollando para minimizar el impacto de la sequía necesitarán del concurso de la sociedad, es decir, de todos, con el firme propósito de asumirlas de manera responsable pues los ciclos de distribución serán mayores y en otros casos, algunas esferas importantes de la economía como la agricultura también verán afectados sus planes de producción.
¿Quién o quiénes debemos preocuparnos? Por ejemplo los medios masivos de difusión que tienen alcance en cada hogar, tienen el rol importante de transmitir, de formar, de educar y divulgar las estrategias o formas en que se puede contribuir a minimizar una posible indisciplina social generada por la escasez del preciado líquido. Quienes mas deben preocuparse son las entidades como la agricultura consumidora directa de agua para desarrollar sus procesos roductivos tan necesarios para la alimentación.
Soy del criterio que la respuesta está en asumir que cada santiaguero se sienta comprometido en contribuir con el ahorro del agua, que sea capaz de hacer llegar sus preocupaciones con los salideros en cada barrio o comunidad de la ciudad o ante cualquier otro tipo de anomalía, pues solo así, se estará en condiciones de tributar al ahorro de agua ante el esfuerzo que ya viene realizando el Instituto Nacional de Recursos Hidráulicos en el territorio.
Pienso también en la importancia de apoyarnos en la educación y la unidad del pueblo garantizada tras el triunfo de la Revolución. Este baluarte, puesto a prueba tan solo hace dos años tras el paso del Huracán Sandy, me hace sentir optimista, y asegurar que estoy segura que como en aquella ocasión, este llamado de alerta sobre la futura situación de la sequía y sus impactos en acciones sensibles como la distribución de agua, así como de su impacto negativo en todos los procesos sociales, no será, convertido en trampolín de indisciplinas sociales en barrios y comunidades, sino, que sabremos ayudarnos los unos a los otros.
El reto es, unidad de acción en cada barrio, desde la Federación de Mujeres Cubanas, desde los CDR, y desde cada organización de masas o social, para que Santiago siga siendo Santiago y con el esfuerzo de todos, superar esta crítica situación impuesta una vez más por la naturaleza.
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