Por Rogelio Ramos Domínguez
Santiago de Cuba, La Maya, 13 ago.— Un trovador es un ser que ata la belleza entre palaras, que dice el mundo y le pone melodía y guitarra. Eso es Raúl Torres y estuvo este verano en Songo-La Maya con todos esos títulos inolvidables: Candil de Nieve, Se fue, Nítida fe, Adagio del fauno, El regreso del amigo.
¿Cómo ver pasar a este hombre por casa y
no poner ante él un ramillete de preguntas?, cuestiones añejas por la
imposibilidad de verle siempre, de escucharle en vivo siempre. He aquí
lo que me contó el bardo, con su fe y su candil a cuestas.Santiago de Cuba, La Maya, 13 ago.— Un trovador es un ser que ata la belleza entre palaras, que dice el mundo y le pone melodía y guitarra. Eso es Raúl Torres y estuvo este verano en Songo-La Maya con todos esos títulos inolvidables: Candil de Nieve, Se fue, Nítida fe, Adagio del fauno, El regreso del amigo.
Raúl Torres: Estoy encantado de estar en Songo-La Maya. Hace un rato hablaba con colegas de aquí y les decía que era un sitio muy mencionado en canciones y artículos y parece que ha sido un lugar de paso de muchos trovadores, un sitio de muchas descargas. No vengo buscando nada más que a la gente que le gusta mi música, porque en cualquier rincón aunque sean dos o tres han escuchado: Se fue, Candil de nieve y creo que en cada sitio que haya alguien que le guste mi canción yo tengo que estar ahí.
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