Por Israel Hernández PlanasSantiago de Cuba, 11 mar.— La fotografía como medio para captar la realidad del niño y el anciano cubanos es el soporte que trabajó el joven arqueólogo Edgar Maranillo Sierra en su más reciente exposición "A Dos Tiempos", muestra que exhibe en el Centro Cultural Francisco Prats Puig, del Conservador de la Ciudad.
Sucede que Edgar Briello Maranillo
Sierra ve mejor el mundo a través de una lente. La cámara fotográfica se
ha vuelto un apéndice de este joven arqueólogo que divisa la realidad
del cubano mediante sus composiciones exclusivas.
En su reciente exposición Edgar Briello muestra una humanidad cotidiana que registra dos etapas de la vida. El ser humano en sus inicios y su posterior declive responden a un interés marcado del fotógrafo santiaguero. De ahí surge Dos tiempos. Son escenas diarias pero captadas de forma particular.
"Se supone que sea natural ver una anciana vendiendo cucuruchos de maní, pero casi nadie se fija en sus arrugas, o su sonrisa agradecida. Muchos pueden ver igual a un niño bañándose en la lluvia pero yo me fijo más en el disfrute. En busca de esos elementos es que enfoco la cámara", explica Maranillo Sierra.
El
juego con las luces en ambos tratamientos, lo colorido para la niñez y
lo monocromático para las tomas de ancianos permite presenciar una
fotografía donde se estrecha el vínculo con las obras del hombre y la
naturaleza. Una visión que devela las dos edades de mayor preocupación
para el ser humano.
Edgar Briello se devela como una figura que busca hacerse de un nombre en el mundo fotográfico de esta provincia. Su camino ha empezado bien al sumar varios primeros lugares en concursos de fotografía auspiciado por la Universidad de Oriente y más allá obtuvo en dos ocasiones el Gran Premio del Concurso Internacional de Fotografía, auspiciado por la Cátedra Gonzalo de Cárdenas de Arquitectura Vernácula y la Oficina del Historiador de la Ciudad de La Habana. Estos últimos premios correspondientes a las ediciones del 2013 y 2014 les fueron otorgadas por varias series fotográficas entre las que sobresalen "Pal Monte", "La Faternité" y "De aquí soy", esencias de lo que puede ser un cubano común.
En su reciente exposición Edgar Briello muestra una humanidad cotidiana que registra dos etapas de la vida. El ser humano en sus inicios y su posterior declive responden a un interés marcado del fotógrafo santiaguero. De ahí surge Dos tiempos. Son escenas diarias pero captadas de forma particular.
"Se supone que sea natural ver una anciana vendiendo cucuruchos de maní, pero casi nadie se fija en sus arrugas, o su sonrisa agradecida. Muchos pueden ver igual a un niño bañándose en la lluvia pero yo me fijo más en el disfrute. En busca de esos elementos es que enfoco la cámara", explica Maranillo Sierra.
El
juego con las luces en ambos tratamientos, lo colorido para la niñez y
lo monocromático para las tomas de ancianos permite presenciar una
fotografía donde se estrecha el vínculo con las obras del hombre y la
naturaleza. Una visión que devela las dos edades de mayor preocupación
para el ser humano. Edgar Briello se devela como una figura que busca hacerse de un nombre en el mundo fotográfico de esta provincia. Su camino ha empezado bien al sumar varios primeros lugares en concursos de fotografía auspiciado por la Universidad de Oriente y más allá obtuvo en dos ocasiones el Gran Premio del Concurso Internacional de Fotografía, auspiciado por la Cátedra Gonzalo de Cárdenas de Arquitectura Vernácula y la Oficina del Historiador de la Ciudad de La Habana. Estos últimos premios correspondientes a las ediciones del 2013 y 2014 les fueron otorgadas por varias series fotográficas entre las que sobresalen "Pal Monte", "La Faternité" y "De aquí soy", esencias de lo que puede ser un cubano común.
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