Por Israel Hernández Planas
Santiago de Cuba, 11 mar.— Cada vez que un cubano llega a su trabajo se dispone a emprender una jornada fructífera en aras de cumplir planes productivos y darle sentido a las ganancias personales cada mes.
Santiago de Cuba, 11 mar.— Cada vez que un cubano llega a su trabajo se dispone a emprender una jornada fructífera en aras de cumplir planes productivos y darle sentido a las ganancias personales cada mes.
Pero nadie está exento de vivir en su
centro laboral experiencias negativas que atenten contra el desempeño
productivo de cada trabajador. Pero esto no debiera ser un problema que
perdure. Para garantizar el mejor rendimiento del trabajador fue
aprobado en nuestro país un nuevo Código de Trabajo, sin embargo aún
persisten sindicatos a diferentes niveles que no utilizan adecuadamente
la legislación laboral.
En la reciente asamblea de balance anual de la Central de Trabajadores de Cuba (CTC) en Santiago de Cuba, los secretarios de los distintos sindicatos reconocieron que es la nueva ley una herramienta para mirar en dos sentidos el trabajo sindical. Por un lado están las garantías para el trabajador y su bienestar laboral y por otro lado encontramos los acápites llamados a hacer más eficiente los procesos productivos.
El primer consenso estribó en que existe en algunas administraciones, el desconocimiento o la mala práctica de dirigentes administrativos y sindicales a la hora de aplicar la Ley orgánica del Trabajo. Ello unido a un sindicato débil y consentidor de las acciones administrativas cuando estas son arbitrarias, pone en riesgo la confianza de los trabajadores hacia el órgano que los representa. Por eso se dejó bien claro que el sindicato se mueve en un ámbito jurídico legal y que no debe tomarse como el enemigo de la administración sino como la organización que contribuye al bienestar de los trabajadores y la justicia laboral para que la producción sea en verdad eficiente.
En esta ocasión Ulises Guilarte De Nacimiento, Secretario General de la CTC, exhortaba a los dirigentes sindicales a apegarse al uso irrestricto de la legislación vigente porque si se desconocían muchos aspectos del Código de Trabajo se corría el riesgo de convertirse en meros amplificadores de los empleadores y no de los empleados comunes.
Otra arista de la Ley que todos debiéramos conocer al dedillo es la protección a los trabajadores por cuenta propia. La falta de sindicalización de estos últimos se erige en un boomerang para contravenir la ley y para que muchos empleadores manejen a sus empleados como mejor entiendan, desconociendo
derechos elementales. Son trabajadores a los cuales les asiste el derecho a beneficios laborales como los contratos, los días de descanso y la duración de jornada laboral. Sólo el sindicato puede defender estas razones.
De modo que no bastará con saber manejar un torno, una computadora o un bisturí de cirujano. El Código de Trabajo es una herramienta que nos puede hacer mejores en nuestro desempeño y más allá, resguarda la dignidad y los derechos elementales de cada trabajador.
En la reciente asamblea de balance anual de la Central de Trabajadores de Cuba (CTC) en Santiago de Cuba, los secretarios de los distintos sindicatos reconocieron que es la nueva ley una herramienta para mirar en dos sentidos el trabajo sindical. Por un lado están las garantías para el trabajador y su bienestar laboral y por otro lado encontramos los acápites llamados a hacer más eficiente los procesos productivos.
El primer consenso estribó en que existe en algunas administraciones, el desconocimiento o la mala práctica de dirigentes administrativos y sindicales a la hora de aplicar la Ley orgánica del Trabajo. Ello unido a un sindicato débil y consentidor de las acciones administrativas cuando estas son arbitrarias, pone en riesgo la confianza de los trabajadores hacia el órgano que los representa. Por eso se dejó bien claro que el sindicato se mueve en un ámbito jurídico legal y que no debe tomarse como el enemigo de la administración sino como la organización que contribuye al bienestar de los trabajadores y la justicia laboral para que la producción sea en verdad eficiente.
En esta ocasión Ulises Guilarte De Nacimiento, Secretario General de la CTC, exhortaba a los dirigentes sindicales a apegarse al uso irrestricto de la legislación vigente porque si se desconocían muchos aspectos del Código de Trabajo se corría el riesgo de convertirse en meros amplificadores de los empleadores y no de los empleados comunes.
Otra arista de la Ley que todos debiéramos conocer al dedillo es la protección a los trabajadores por cuenta propia. La falta de sindicalización de estos últimos se erige en un boomerang para contravenir la ley y para que muchos empleadores manejen a sus empleados como mejor entiendan, desconociendo
derechos elementales. Son trabajadores a los cuales les asiste el derecho a beneficios laborales como los contratos, los días de descanso y la duración de jornada laboral. Sólo el sindicato puede defender estas razones.
De modo que no bastará con saber manejar un torno, una computadora o un bisturí de cirujano. El Código de Trabajo es una herramienta que nos puede hacer mejores en nuestro desempeño y más allá, resguarda la dignidad y los derechos elementales de cada trabajador.
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