Por Armando Fernández Martí
Santiago de Cuba, 17 mar.— Wikipedia, define el golpe de estado como: “la toma súbita y violenta del poder político por un grupo de poder, vulnerando así la legitimidad institucional establecida en un estado para sustituir legalmente un gobierno por otro.
Santiago de Cuba, 17 mar.— Wikipedia, define el golpe de estado como: “la toma súbita y violenta del poder político por un grupo de poder, vulnerando así la legitimidad institucional establecida en un estado para sustituir legalmente un gobierno por otro.
Y América Latina ha sido una de las
regiones del mundo donde más golpes de estado han ocurrido en la
historia con 327, siendo Bolivia la nación que encabeza esta nefasta
lista con 190 golpes y Colombia la de menos, con cuatro.
Siete países latinoamericanos, Argentina, Brasil, Venezuela, Guatemala, Nicaragua y Paraguay pasaron entre 40 y 50 años del pasado siglo XX gobernados por militares. Esta práctica de tomar súbitamente el poder para hacerse de poder, desapareció casi de forma definitiva en Latinoamérica entre 1980 y 1989 cuando en este último año se produjo el derrocamiento del dictador Alfredo Stroessner de Paraguay, que se mantuvo 30 años gobernando.
Dato curioso, en el 30 por ciento de los golpes de estado en América Latina y el Caribe estuvieron presentes las tropas norteamericanas, y en el restante por ciento fueron promovidos o apoyados por las embajadas de Estados Unidos.
En lo que va del presente siglo XXI en Latinoamérica hubo un golpe de estado en Honduras ocurrido en 2009 y el que se intentó en abril de 2002 contra el presidente venezolano Hugo Chávez, pero que debido a la rápida acción del pueblo, el líder bolivariano tuvo que ser repuesto en el Palacio de Miraflores. De más está decir que la mano oculta de esos golpes fue la Agencia Central de Inteligencia de Estados Unidos, porque la naturaleza del imperio no ha cambiado de un siglo a otro.
Pero esta historia no estaría completa si no agregamos el otro intento de golpe de estado que tuvo lugar recientemente en Venezuela contra el presidente Nicolás Maduro y que no llegó a concretarse por la oportuna denuncia pública del mandatario y el actuar de las Fuerzas de Seguridad de la nación bolivariano y sus Fuerzas Armadas, leales a la memoria del Comandante Hugo Chávez.
De fracaso en fracaso qué le queda entonces a Estados Unidos frente a Venezuela: hacer lo que está pretendiendo hacer acusando a la nación bolivariana de amenazar su seguridad nacional y preparar el camino para una agresión de más envergadura. Sólo nos resta decirle: Rememeber Cuba, porque como expresa un dicho, la historia se repite dos veces, una como tragedia y otra como comedia. El presidente Obama, hombre culto e inteligente debe saberlo bien.
Siete países latinoamericanos, Argentina, Brasil, Venezuela, Guatemala, Nicaragua y Paraguay pasaron entre 40 y 50 años del pasado siglo XX gobernados por militares. Esta práctica de tomar súbitamente el poder para hacerse de poder, desapareció casi de forma definitiva en Latinoamérica entre 1980 y 1989 cuando en este último año se produjo el derrocamiento del dictador Alfredo Stroessner de Paraguay, que se mantuvo 30 años gobernando.
Dato curioso, en el 30 por ciento de los golpes de estado en América Latina y el Caribe estuvieron presentes las tropas norteamericanas, y en el restante por ciento fueron promovidos o apoyados por las embajadas de Estados Unidos.
En lo que va del presente siglo XXI en Latinoamérica hubo un golpe de estado en Honduras ocurrido en 2009 y el que se intentó en abril de 2002 contra el presidente venezolano Hugo Chávez, pero que debido a la rápida acción del pueblo, el líder bolivariano tuvo que ser repuesto en el Palacio de Miraflores. De más está decir que la mano oculta de esos golpes fue la Agencia Central de Inteligencia de Estados Unidos, porque la naturaleza del imperio no ha cambiado de un siglo a otro.
Pero esta historia no estaría completa si no agregamos el otro intento de golpe de estado que tuvo lugar recientemente en Venezuela contra el presidente Nicolás Maduro y que no llegó a concretarse por la oportuna denuncia pública del mandatario y el actuar de las Fuerzas de Seguridad de la nación bolivariano y sus Fuerzas Armadas, leales a la memoria del Comandante Hugo Chávez.
De fracaso en fracaso qué le queda entonces a Estados Unidos frente a Venezuela: hacer lo que está pretendiendo hacer acusando a la nación bolivariana de amenazar su seguridad nacional y preparar el camino para una agresión de más envergadura. Sólo nos resta decirle: Rememeber Cuba, porque como expresa un dicho, la historia se repite dos veces, una como tragedia y otra como comedia. El presidente Obama, hombre culto e inteligente debe saberlo bien.
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