Por Miralis Despaigne Pineda
Palma Soriano, Santiago de Cuba, 13 feb.— Llegar a un lugar donde no paran la sierra, el torno, la lijadora y las diversas herramientas de carpintería, podría alejarnos de pesar en el amor, sentimiento impulsor para que un trabajo común se convierta en una labor artística. La contribución de un ebanista palmero a la restauración, dice de un quehacer cultural que lleva implícito mucha pasión y merece distinguirlo.
Palma Soriano, Santiago de Cuba, 13 feb.— Llegar a un lugar donde no paran la sierra, el torno, la lijadora y las diversas herramientas de carpintería, podría alejarnos de pesar en el amor, sentimiento impulsor para que un trabajo común se convierta en una labor artística. La contribución de un ebanista palmero a la restauración, dice de un quehacer cultural que lleva implícito mucha pasión y merece distinguirlo.
El local de Idael Jorge Álvarez, en
calle Laja Final, Reparto 8 de marzo, en Palma Soriano, no es una simple
carpintería, hace algún tiempo, sus muebles fueron descubiertos y
reconocida su calidad para la restauración. Nos cuenta que: “Un día que
Omar López el Conservador de Santiago de Cuba, llegó aquí cerca al
taller del productor de mosaicos Rubén, vio algunas de mis muebles y me
invito a aportan algunas restauraciones”
Motivaciones para que junto a sus trabajadores contratados, se esmere por aumentar las producciones y seguir aportando a obras patrimoniales como la Casa del Tamarindo en Palma Soriano (Lugar donde el 22 de diciembre de 1958, se encontraron por primeras vez los jefes de los Tres Frentes Rebeldes que llevaban la lucha insurreccional en el Oriente de Cuba.) y otras de Santiago de Cuba.
Idael argumenta que “en el restaurante 1900 trabajamos en la silla presidencial, ahora nos encontramos aportando a la restauración del Centro Gallego”.
Su deseo es seguir la línea de la restauración, algo difícil pero ya esta probado que se puede cumplir. “Hay que escoger muy bien la madera hacer los diseños exacto a las piezas originales, trabajar mucho la creatividad pero con precisión, poniendo empeño se logra y da gran satisfacción”.
En algunos lugares, que dan por estos días u na imagen renovada a la ciudad de Santiago de Cuba, próxima a celebrar su 500 aniversario de fundada, con sencillez el sello de Idael, el Ebanista palmero esta presente.
Motivaciones para que junto a sus trabajadores contratados, se esmere por aumentar las producciones y seguir aportando a obras patrimoniales como la Casa del Tamarindo en Palma Soriano (Lugar donde el 22 de diciembre de 1958, se encontraron por primeras vez los jefes de los Tres Frentes Rebeldes que llevaban la lucha insurreccional en el Oriente de Cuba.) y otras de Santiago de Cuba.
Idael argumenta que “en el restaurante 1900 trabajamos en la silla presidencial, ahora nos encontramos aportando a la restauración del Centro Gallego”.
Su deseo es seguir la línea de la restauración, algo difícil pero ya esta probado que se puede cumplir. “Hay que escoger muy bien la madera hacer los diseños exacto a las piezas originales, trabajar mucho la creatividad pero con precisión, poniendo empeño se logra y da gran satisfacción”.
En algunos lugares, que dan por estos días u na imagen renovada a la ciudad de Santiago de Cuba, próxima a celebrar su 500 aniversario de fundada, con sencillez el sello de Idael, el Ebanista palmero esta presente.
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