Por Israel Hernández Planas
Santiago de Cuba, 15 feb.— El 15 de febrero de 1960 el Estado cubano adoptó una resolución mediante la cual quedaron integradas las empresas de aviación existentes en Cuba. Por ello quedó marcada esta fecha como el día del trabajador de la aeronáutica civil en nuestro país.
Santiago de Cuba, 15 feb.— El 15 de febrero de 1960 el Estado cubano adoptó una resolución mediante la cual quedaron integradas las empresas de aviación existentes en Cuba. Por ello quedó marcada esta fecha como el día del trabajador de la aeronáutica civil en nuestro país.
Mucho ha cambiado esta rama no sólo por
su flota, personal y procederes. Algo incólume en la aviación cubana ha
sido el compromiso de sus trabajadores con un servicio de altos
estándares. Por lo menos en Santiago de Cuba hay fe de ello.
Comienza el día en el Aeropuerto Internacional Antonio Maceo. Los salones de espera, la rampa y decenas de departamentos experimentan el ajetreo común de una terminal aérea.
Dedicar las horas a una de las actividades más apasionantes para los seres humanos entraña algo más que profesionalidad. Aunque muchos admiran a pilotos y personal aéreo todo un complejo entramado de oficios y profesiones en tierra soportan la aviación civil en los aeródromos. Sin ellos, volar sería un verdadero riesgo.
Por eso tanto valor para la actividad tienen pilotos y asistentes de vuelo, como los controladores de tránsito aéreo, parqueadores, despachadores y el personal de salón. Simplemente en la estructura de la aviación están al mismo nivel que el quien conduce la más moderna aeronave.
Siempre que una aeronave se dispone a aterrizar en Santiago de Cuba o a despegar de esta pista son muchos los indicadores que tienen en cuenta los trabajadores de la Empresa Cubana de Aeropuertos y Servicios aeroportuarios (ECASA).
Desde el movimiento de aeronaves y la reducción de los tiempos de espera hasta la satisfacción del cliente son actos que se erigen en algo más que estadísticas para el aeropuerto. En ello va la calidad de uno de los servicios más demandados por la población y que a lo largo de estos años ha tenido sus altibajos.
Desde los carísimos mantenimientos de los aviones y su logística detallada hasta los problemas de carácter subjetivos han contribuido a los pesares de los clientes que de por sí enfrentan la tensión de elevarse por los aires para llegar a algún sitio. Muchos han quedado en tierra a la búsqueda de otras opciones o simplemente despegan tarde hacia su destino.
Pero lo cierto es que el Antonio Maceo es tan solo un aeropuerto para recibir operar y despedir a los vuelos no originarios de Santiago de Cuba. Por eso el empeño se centra en dar con la calidad indiscutible los servicios que dependen de esta instalación.
Así lo comprenden los trabajadores de la aeronáutica civil en el aeropuerto santiaguero. Son ellos los pilares de una actividad símbolo de las sociedades modernas.
Comienza el día en el Aeropuerto Internacional Antonio Maceo. Los salones de espera, la rampa y decenas de departamentos experimentan el ajetreo común de una terminal aérea.
Dedicar las horas a una de las actividades más apasionantes para los seres humanos entraña algo más que profesionalidad. Aunque muchos admiran a pilotos y personal aéreo todo un complejo entramado de oficios y profesiones en tierra soportan la aviación civil en los aeródromos. Sin ellos, volar sería un verdadero riesgo.
Por eso tanto valor para la actividad tienen pilotos y asistentes de vuelo, como los controladores de tránsito aéreo, parqueadores, despachadores y el personal de salón. Simplemente en la estructura de la aviación están al mismo nivel que el quien conduce la más moderna aeronave.
Siempre que una aeronave se dispone a aterrizar en Santiago de Cuba o a despegar de esta pista son muchos los indicadores que tienen en cuenta los trabajadores de la Empresa Cubana de Aeropuertos y Servicios aeroportuarios (ECASA).
Desde el movimiento de aeronaves y la reducción de los tiempos de espera hasta la satisfacción del cliente son actos que se erigen en algo más que estadísticas para el aeropuerto. En ello va la calidad de uno de los servicios más demandados por la población y que a lo largo de estos años ha tenido sus altibajos.
Desde los carísimos mantenimientos de los aviones y su logística detallada hasta los problemas de carácter subjetivos han contribuido a los pesares de los clientes que de por sí enfrentan la tensión de elevarse por los aires para llegar a algún sitio. Muchos han quedado en tierra a la búsqueda de otras opciones o simplemente despegan tarde hacia su destino.
Pero lo cierto es que el Antonio Maceo es tan solo un aeropuerto para recibir operar y despedir a los vuelos no originarios de Santiago de Cuba. Por eso el empeño se centra en dar con la calidad indiscutible los servicios que dependen de esta instalación.
Así lo comprenden los trabajadores de la aeronáutica civil en el aeropuerto santiaguero. Son ellos los pilares de una actividad símbolo de las sociedades modernas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario